3/09/2017, 15:59
El Senju se mantuvo expectante mientras su acompañante estaba completamente concentrada en su tarea de reconocimiento del lugar, que les ahorraría bastante tiempo si salía bien, por lo que simplemente tenían que esperar. La pelirroja no tardó demasiado en agitar su cabeza, tratando de recobrar el control de su cuerpo, por lo que suponía que ya había investigado todo el lugar.
—Listo, ya he revisado los caminos. Por el camino de la izquierda no hay nada, es un camino sin salida, que da a una cascada interior. Por el camino de la derecha sin embargo, hay una habitación en la que se ve que hay rastro de gente. Es una sala iluminada con antorchas, en la que hay mesas y sillas incluso. Vayamos pues por aquí.
Riko asintió, conforme con lo que Aiko le presentaba como el camino correcto por lo que ambos genin se encaminaron por el pasadizo de la derecha, que sin duda estaba mucho más iluminado que el resto según iban avanzando hasta que, llegado un punto, alcanzaron la habitación que la amenia había descrito, y que dejaba claro que allí había alguien.
En el fondo de la sala se podía ver como la cueva continuaba con un estrecho pasadizo, como el que acababan de pasar y desde ahí podía escucharse a un par de hombres que discutían sobre algún tema que, debido a la distancia no eran capaces de entender.
— Está bien, preferiría no tener que luchar, siempre que se pueda evitar, claro, así que, ¿qué te parece si pasamos de ellos? — Preguntó el peliblanco en un susurro. — Aunque siempre podemos noquearlos antes de que se den cuenta...
—Listo, ya he revisado los caminos. Por el camino de la izquierda no hay nada, es un camino sin salida, que da a una cascada interior. Por el camino de la derecha sin embargo, hay una habitación en la que se ve que hay rastro de gente. Es una sala iluminada con antorchas, en la que hay mesas y sillas incluso. Vayamos pues por aquí.
Riko asintió, conforme con lo que Aiko le presentaba como el camino correcto por lo que ambos genin se encaminaron por el pasadizo de la derecha, que sin duda estaba mucho más iluminado que el resto según iban avanzando hasta que, llegado un punto, alcanzaron la habitación que la amenia había descrito, y que dejaba claro que allí había alguien.
En el fondo de la sala se podía ver como la cueva continuaba con un estrecho pasadizo, como el que acababan de pasar y desde ahí podía escucharse a un par de hombres que discutían sobre algún tema que, debido a la distancia no eran capaces de entender.
— Está bien, preferiría no tener que luchar, siempre que se pueda evitar, claro, así que, ¿qué te parece si pasamos de ellos? — Preguntó el peliblanco en un susurro. — Aunque siempre podemos noquearlos antes de que se den cuenta...
~ Narro ~ Hablo ~ «Pienso»