4/09/2017, 16:43
—Cielos, debes de estar muy confuso, ¿verdad, Yota-kun? —dijo—. Yota-kun, cerca del hilo abierto, la línea entre tu antiguo yo y tu actual persona se difumina.
— Mi antiguo... ¿Yo? — dije entre confuso e incrédulo.
—Sí, Yota-kun. Me conoces. Aunque yo no pertenezco a este lugar.
»Será una lástima para tu yo del futuro. Pero tu yo del presente lo necesita de nuevo. Por una vez, haré lo correcto. Lo siento, Yota-kun. Y buena suerte.
— ¿Lo correcto? ¡¿De qué mierdas habl...
La mano del rubio que tenía en frente, un completo desconocido pero a la vez alguien que me traía tantos recuerdos extraños puso mi mano sobre mi estomago y entonces... ¿Chakra? ¿Una técnica? Sí.. se podía ver un chakra entre marrón y rojizo, lo estaba metiendo en mi interior y entonces se fue todo a la mierda. Ese bote de mercadillo explotó en cientos de y miles de astillas y lo peor no era eso. Sanbei Sid, que estaba frente a mí, se estaba ¿Difuminando? Como si alguien le estuviese pasando una goma de borrar por encima. Nunca sabría lo que había pasado aquel día, ni si vería de nuevo a Sid, incluso, como acabó aquello de la difuminación, ¿O acaso era una especie de espíritu fantasmal? Todo era demasiado extraño. Pero llegué a ver una última imagen. Llevaba una bandana en la que se dibujaba un reloj de arena en el metal. Guardaría esa imagen en mi retina.
Pronto las aguas del rio me tragaron y me vi envuelto esta vez en un chakra verdoso jodidamente violento. Me apretujaba como mil malditos demonios. Pronto el agua se me metería literalmente por todos los orificio de mi cuerpo. Ni siquiera podía chillar, me sentía débil, muy débil.
Pero afortunadamente, antes de pensar que ya estaba muerto el impacto contra el suelo me hizo recobrar el sentido y ante todo pronostico sentirme más fuerte que nunca.
Al levantar la cabeza para levantarme vi ante mí otro tipo. De cabellos color plata, pantalones militares y una camiseta sin mangas azabache. cerca de nosotros, el árbol sagrado envuelto por ese chakra verdoso.
«¿Esto es el hilo del que habló Gounsa-sama?»
—¿¡Pero qué cojones!? E-eres... ¡El Kazekage! ¡Ese niño idiota! Es... ¿otra de las reencarnaciones? ¿Pero cómo has salido tú del Hilo?
— ¿Reencarnaciones? ¿Kazekage? ¿De qué hablas? ¿Quién se supone que eres?
Estaba entrando en absoluto pánico. Me había quedado solo y a saber donde estaban Yubiwa y Taeko y ahora tenía ante mí un tipo que no inspiraba cordialidad precisamente. De hecho, estábamos ante el hilo de chakra famoso y lo más probable es que fuese uno de los tipos de los que habló Uzumaki Gouna o sino alguien peor. Estaba jodido de verdad.
—Yota-kun. Tenemos que matar a Taiho. —Una voz que sonaba de todas partes, y de ninguna, le rompió todos los esquemas—. Y cerrar esa corriente de chakra antes de que sea demasiado tarde.
— ¡Joder! ¿Y tu quien eres? — exclamé desesperado. El tipo de los pantalones de camuflaje no había vuelto a abrir la boca, era otra voz. Pero no había nadie más en la zona. Al menos no para mi vista — ¿Demasiado tarde para qué? ¿Y quién es ese Taiho que dices?
Todo cada vez era más difícil de entender. Nada tenía el más mínimo ápice de lógica. Estaba inmerso en una realidad de lo más dantesca y lo más probable es que acabase muerto. quizás incluso Yubiwa y Taeko ya estuviesen muertos. Tenía que apañarmelas solo antes de que fuese demasiado tarde.
— Mi antiguo... ¿Yo? — dije entre confuso e incrédulo.
—Sí, Yota-kun. Me conoces. Aunque yo no pertenezco a este lugar.
»Será una lástima para tu yo del futuro. Pero tu yo del presente lo necesita de nuevo. Por una vez, haré lo correcto. Lo siento, Yota-kun. Y buena suerte.
— ¿Lo correcto? ¡¿De qué mierdas habl...
La mano del rubio que tenía en frente, un completo desconocido pero a la vez alguien que me traía tantos recuerdos extraños puso mi mano sobre mi estomago y entonces... ¿Chakra? ¿Una técnica? Sí.. se podía ver un chakra entre marrón y rojizo, lo estaba metiendo en mi interior y entonces se fue todo a la mierda. Ese bote de mercadillo explotó en cientos de y miles de astillas y lo peor no era eso. Sanbei Sid, que estaba frente a mí, se estaba ¿Difuminando? Como si alguien le estuviese pasando una goma de borrar por encima. Nunca sabría lo que había pasado aquel día, ni si vería de nuevo a Sid, incluso, como acabó aquello de la difuminación, ¿O acaso era una especie de espíritu fantasmal? Todo era demasiado extraño. Pero llegué a ver una última imagen. Llevaba una bandana en la que se dibujaba un reloj de arena en el metal. Guardaría esa imagen en mi retina.
Pronto las aguas del rio me tragaron y me vi envuelto esta vez en un chakra verdoso jodidamente violento. Me apretujaba como mil malditos demonios. Pronto el agua se me metería literalmente por todos los orificio de mi cuerpo. Ni siquiera podía chillar, me sentía débil, muy débil.
Pero afortunadamente, antes de pensar que ya estaba muerto el impacto contra el suelo me hizo recobrar el sentido y ante todo pronostico sentirme más fuerte que nunca.
Al levantar la cabeza para levantarme vi ante mí otro tipo. De cabellos color plata, pantalones militares y una camiseta sin mangas azabache. cerca de nosotros, el árbol sagrado envuelto por ese chakra verdoso.
«¿Esto es el hilo del que habló Gounsa-sama?»
—¿¡Pero qué cojones!? E-eres... ¡El Kazekage! ¡Ese niño idiota! Es... ¿otra de las reencarnaciones? ¿Pero cómo has salido tú del Hilo?
— ¿Reencarnaciones? ¿Kazekage? ¿De qué hablas? ¿Quién se supone que eres?
Estaba entrando en absoluto pánico. Me había quedado solo y a saber donde estaban Yubiwa y Taeko y ahora tenía ante mí un tipo que no inspiraba cordialidad precisamente. De hecho, estábamos ante el hilo de chakra famoso y lo más probable es que fuese uno de los tipos de los que habló Uzumaki Gouna o sino alguien peor. Estaba jodido de verdad.
—Yota-kun. Tenemos que matar a Taiho. —Una voz que sonaba de todas partes, y de ninguna, le rompió todos los esquemas—. Y cerrar esa corriente de chakra antes de que sea demasiado tarde.
— ¡Joder! ¿Y tu quien eres? — exclamé desesperado. El tipo de los pantalones de camuflaje no había vuelto a abrir la boca, era otra voz. Pero no había nadie más en la zona. Al menos no para mi vista — ¿Demasiado tarde para qué? ¿Y quién es ese Taiho que dices?
Todo cada vez era más difícil de entender. Nada tenía el más mínimo ápice de lógica. Estaba inmerso en una realidad de lo más dantesca y lo más probable es que acabase muerto. quizás incluso Yubiwa y Taeko ya estuviesen muertos. Tenía que apañarmelas solo antes de que fuese demasiado tarde.
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa