12/09/2017, 07:28
Al parecer sus palabras no le habían caído muy bien a Kagetsuna, por lo que luego de chasquear la lengua varias veces y negar con su cabeza, el joven expuso su punto de vista, ahora entendía el desinterés del Isa, lo hacía simplemente por la paga, no tenía motivaciones al parecer, arriesgaba su vida a diario en el oficio con la mortalidad más elevada de todo Ōnindo ¿solo por el dinero que el trabajo brindaba? Haru no podía terminar de creérselo, debía tener alguna motivación, todos tienen una, su mente no llegaba a comprender como alguien arriesgaba tanto su vida sin alguna razón que lo mueva.
Kagetsuna volvió a hablar, esta vez no para defender su perspectiva, sino para alegar una crítica ante las palabras del pelirrojo, aunque no hacía falta que la hiciera, si hay alguien que sabía eso más que nadie ese era el Akaki, sabía que le faltaba carácter, al igual que coraje y muchas otras virtudes de las que carecía, pero aun así no se daría por vencido, por más que cayera volvería a levantarse y seguiría intentándolo, esa era la razón por la que Haru hacia lo que hacía cuando el Amenio llego al lugar y la misma razón por la que ahora estiraba sus músculos para continuar.
─ S-sí, lo sé, conozco mis defectos, pe-pero…aunque intente cambiar no lo logro, p-por eso prefiero entrenar, y mostrar mi cambio con mi progreso─ expreso el pelirrojo girándose hacia el Isa, Haru sabía que le faltaba mucho, pero sus esfuerzos tenían que dar fruto algún día.
Las palabras del de cabellos bicolor continuaban, y salían con un notable desagrado, pero Haru no tenía respuesta ante ellas, ya que él estaba del lado opuesto, se esperaba mucho de él, por esa razón no quería decepcionarlos, él siempre tuvo un objetivo, desde el momento en que nació, por lo que no sabía lo que era que no esperasen nada de él, sus hombros siempre llevaban esa carga y no podría deshacerse de ella, por lo que no tenía otra opción más que cargarla.
Las últimas palabras del Amenio le dieron una respuesta, la cual probablemente no le gustaría a Kagetsuna.
─ T-tú fuiste quien se las impuso─ expreso el joven casi balbuceando─ Esas cosas son parte del oficio, no hay shinobi al que no se le imponga algo, en su momento, un shinobi debe estar dispuesto incluso a dar su vida…ser un ninja es una profesión muy cara, y no me refiero a dinero, si no estás dispuesto a pagarla…─ sus palabras no continuaron, le costaba mucho el decir eso, pero si un ninja no cumplía con las imposiciones del oficio, acabaría mal, o al menos eso creía Haru.
Kagetsuna volvió a hablar, esta vez no para defender su perspectiva, sino para alegar una crítica ante las palabras del pelirrojo, aunque no hacía falta que la hiciera, si hay alguien que sabía eso más que nadie ese era el Akaki, sabía que le faltaba carácter, al igual que coraje y muchas otras virtudes de las que carecía, pero aun así no se daría por vencido, por más que cayera volvería a levantarse y seguiría intentándolo, esa era la razón por la que Haru hacia lo que hacía cuando el Amenio llego al lugar y la misma razón por la que ahora estiraba sus músculos para continuar.
─ S-sí, lo sé, conozco mis defectos, pe-pero…aunque intente cambiar no lo logro, p-por eso prefiero entrenar, y mostrar mi cambio con mi progreso─ expreso el pelirrojo girándose hacia el Isa, Haru sabía que le faltaba mucho, pero sus esfuerzos tenían que dar fruto algún día.
Las palabras del de cabellos bicolor continuaban, y salían con un notable desagrado, pero Haru no tenía respuesta ante ellas, ya que él estaba del lado opuesto, se esperaba mucho de él, por esa razón no quería decepcionarlos, él siempre tuvo un objetivo, desde el momento en que nació, por lo que no sabía lo que era que no esperasen nada de él, sus hombros siempre llevaban esa carga y no podría deshacerse de ella, por lo que no tenía otra opción más que cargarla.
Las últimas palabras del Amenio le dieron una respuesta, la cual probablemente no le gustaría a Kagetsuna.
─ T-tú fuiste quien se las impuso─ expreso el joven casi balbuceando─ Esas cosas son parte del oficio, no hay shinobi al que no se le imponga algo, en su momento, un shinobi debe estar dispuesto incluso a dar su vida…ser un ninja es una profesión muy cara, y no me refiero a dinero, si no estás dispuesto a pagarla…─ sus palabras no continuaron, le costaba mucho el decir eso, pero si un ninja no cumplía con las imposiciones del oficio, acabaría mal, o al menos eso creía Haru.
- Hablo-
<<Pienso>>