12/09/2017, 14:27
Después de los eventos ocurridos en la segunda ronda del Torneo de los Dojos, Eri sentía muchas cosas en su interior: felicidad, tristeza, decepción, alivio... Y claro, no todas eran precisamente agradables.
Su contrincante, Uchiha Datsue, el mentiroso —como lo había apodado al final —, había empatado junto con Amedama Daruu, a quien conocía y tenía miedo volver a encontrar puesto que la última vez que se vieron, Uchiha Akame, el traidor, como ahora lo llamarían en su aldea tras descubrir aquel trozo de revista en su puerta; no es que todo hubiera ido precisamente bien. Un empate, ¡empate! Después de que la clavase un triste kunai por la espalda.
E intentase explotarla.
Pero era comprensible, Daruu había demostrado que tenía destreza a la hora de combatir, así que, dentro de lo que cabía, aquel resultado le parecía justo.
Sin embargo en su interior no todo era tan sencillo, no se sentía bien y por ello había decidido acudir a la Cordillera de los Dojos, ¿por qué? Pues por un rumor, un triste rumor que había escuchado en Sendoshi.
Y después de que los oídos de Eri se llenasen de todos los detalles de aquella conversación, y la negativa que al final le impuso Yotarou al otro hombre; quiso ir por sí misma para comprobar si aquel triste rumor podía ser verdad y... ¿Quién sabe? Encontraba el tesoro que decía estar allí.
Por eso una vez se encontró en la Cordillera, a punto de entrar en una cueva que parecía desenvocar en otras más, se paró para tomar el aliento y beber agua.
—Debería haber traído otra botella...
Su contrincante, Uchiha Datsue, el mentiroso —como lo había apodado al final —, había empatado junto con Amedama Daruu, a quien conocía y tenía miedo volver a encontrar puesto que la última vez que se vieron, Uchiha Akame, el traidor, como ahora lo llamarían en su aldea tras descubrir aquel trozo de revista en su puerta; no es que todo hubiera ido precisamente bien. Un empate, ¡empate! Después de que la clavase un triste kunai por la espalda.
E intentase explotarla.
Pero era comprensible, Daruu había demostrado que tenía destreza a la hora de combatir, así que, dentro de lo que cabía, aquel resultado le parecía justo.
Sin embargo en su interior no todo era tan sencillo, no se sentía bien y por ello había decidido acudir a la Cordillera de los Dojos, ¿por qué? Pues por un rumor, un triste rumor que había escuchado en Sendoshi.
Se encontraba en una pequeña taberna para reponerse después de haber comprado suministros necesarios para pasar aquella semana cuando un par de hombres entraron al recinto, parecían contentos por algo ya que hablaban más alto de lo normal y eso no le hacía gracia a la tabernera que ya les miraba con los ojos entornados. Tomaron asiento y pidieron sus comandas. Todo siguió normal hasta que bajaron su tono para pasar desapercibidos por los demás.
Sin embargo, Eri, que se encontraba justo en la mesa contigua; los escuchaba a la perfección.
—Eh, Yotarou, ¿sabes que entre las montañas se esconde una cueva que no tiene salida?
—No vuelvas con esas, Hiro; que nos conocemos. ¿Hoy qué será, un tesoro? —preguntó el que le acompañaba.
—¡Sí! ¡Justo eso! —exclamó emocionado —. Por lo visto está muy bien escondida, entre otras dos cuevas, ¿por qué no vamos a buscarlo esta tarde?
—Ni de coña, que yo curro...
—¡Pero deberíamos...
Sin embargo, Eri, que se encontraba justo en la mesa contigua; los escuchaba a la perfección.
—Eh, Yotarou, ¿sabes que entre las montañas se esconde una cueva que no tiene salida?
—No vuelvas con esas, Hiro; que nos conocemos. ¿Hoy qué será, un tesoro? —preguntó el que le acompañaba.
—¡Sí! ¡Justo eso! —exclamó emocionado —. Por lo visto está muy bien escondida, entre otras dos cuevas, ¿por qué no vamos a buscarlo esta tarde?
—Ni de coña, que yo curro...
—¡Pero deberíamos...
Y después de que los oídos de Eri se llenasen de todos los detalles de aquella conversación, y la negativa que al final le impuso Yotarou al otro hombre; quiso ir por sí misma para comprobar si aquel triste rumor podía ser verdad y... ¿Quién sabe? Encontraba el tesoro que decía estar allí.
Por eso una vez se encontró en la Cordillera, a punto de entrar en una cueva que parecía desenvocar en otras más, se paró para tomar el aliento y beber agua.
—Debería haber traído otra botella...
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)