12/09/2017, 19:53
—¡Aquí la tiene, señorita-chan!
La joven pegó un respingo en su posición, y tal fue que casi se le escapa aquella botella de plástico de entre las manos para seguramente perderse por algún lugar de la cordillera y no volver a verla jamás.
«¿Quién...?»
Eri se dio la vuelta rápidamente para poder encarar al desconocido —o desconocida, pero con una voz tremendamente varonil—, y... ¿Saludarle? Bueno, le estaba ofreciendo una botella de agua a una persona que desconocía, así que seguramente tendría que ser alguien amable y b...
«¡¿Qué narices?!»
La persona que tenía delante —si podía catalogarlo así—, tenía la piel azul, azul pálido, sí, pero joder, azul. ¿Tendría acaso una enfermedad o algo? ¿Se habría expuesto mucho al... Al agua? Pero si el agua era transparente... ¿Y si se había caído a un caldero lleno de pintura azul de pequeño y no pudo quitárselo aún? Vale, eso era totalmente una tontería.
Aunque no solo su azul piel era lo que resaltaba del joven que acababa de ofrecerla una botella de agua, y no lo decía por su larga y lisa cabellera azul, ¿quién era ella para juzgar a la gente por su color de cabello? No, lo que hacía que se estremeciera eran aquellos dientes... Parecían sierras, capaces de acabar con un enemigo nada más tomar su cuello.
¿Y por qué tendría enemigos? Porque, evidentemente, aquel ser que tenía delante era un shinobi, salvo que no era de su villa, sino de Amegakure.
—G-gracias... —fue lo poco que alcanzó a decir mientras estiraba su mano, tomando la botella que le ofrecía el desconocido.
—Así que... ¿con que buscando un tesoro, eh?
—¿Cómo sabe es-
Calló abruptamente y se llevó la mano libre a la boca, viéndose descubierta por aquella persona, bueno, medio descubierta, ya que al parecer aquel secreto, no era tan [/i]secreto[/i].
La joven pegó un respingo en su posición, y tal fue que casi se le escapa aquella botella de plástico de entre las manos para seguramente perderse por algún lugar de la cordillera y no volver a verla jamás.
«¿Quién...?»
Eri se dio la vuelta rápidamente para poder encarar al desconocido —o desconocida, pero con una voz tremendamente varonil—, y... ¿Saludarle? Bueno, le estaba ofreciendo una botella de agua a una persona que desconocía, así que seguramente tendría que ser alguien amable y b...
«¡¿Qué narices?!»
La persona que tenía delante —si podía catalogarlo así—, tenía la piel azul, azul pálido, sí, pero joder, azul. ¿Tendría acaso una enfermedad o algo? ¿Se habría expuesto mucho al... Al agua? Pero si el agua era transparente... ¿Y si se había caído a un caldero lleno de pintura azul de pequeño y no pudo quitárselo aún? Vale, eso era totalmente una tontería.
Aunque no solo su azul piel era lo que resaltaba del joven que acababa de ofrecerla una botella de agua, y no lo decía por su larga y lisa cabellera azul, ¿quién era ella para juzgar a la gente por su color de cabello? No, lo que hacía que se estremeciera eran aquellos dientes... Parecían sierras, capaces de acabar con un enemigo nada más tomar su cuello.
¿Y por qué tendría enemigos? Porque, evidentemente, aquel ser que tenía delante era un shinobi, salvo que no era de su villa, sino de Amegakure.
—G-gracias... —fue lo poco que alcanzó a decir mientras estiraba su mano, tomando la botella que le ofrecía el desconocido.
—Así que... ¿con que buscando un tesoro, eh?
—¿Cómo sabe es-
Calló abruptamente y se llevó la mano libre a la boca, viéndose descubierta por aquella persona, bueno, medio descubierta, ya que al parecer aquel secreto, no era tan [/i]secreto[/i].
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)