13/09/2017, 17:36
Aunque dubitativa, la kunoichi le tomó la palabra a Kaido en su totalidad. Creyó su explicación y admitió que quizás era una buena idea que fuesen dos los que se embarcasen en el viaje desconocido, que sólo uno. En caso de que algo sucediera, uno de ellos dos podría ir a pedir ayuda, o apoyarse mutuamente.
—Mi nombre es Furukawa Eri, kunoichi de Uzushiogakure, un placer.
Ella alzó su brazo, y Kaido la miró, extrañado. ¿Es que la gente ya le había perdido el miedo? ¿lo desconocido ya no suponía ser tan impactante en estos tiempos como lo solía ser antes?
El escualo se la estrechó, y se dejó sumergir en los enormes ojos de la uzujin. Grandes como el globo terráqueo, de un intenso color magenta, similar al de su cabellera.
—El placer es mío, Eri-chan. ¿Sí puedo tutearte, no? —indagó, aunque pareció responderse él mismo—. Yo me llamo Kaido. Umikiba Kaido, o también conocido como el gran Tiburón de Amegakure.
Le soltó la diestra, y se llevó ambas manos a los bolsillos. Suspiró, y volteó a ver hacia el primer tramo de la supuesta cueva.
—¿Estás segura de que es aquí?
—Mi nombre es Furukawa Eri, kunoichi de Uzushiogakure, un placer.
Ella alzó su brazo, y Kaido la miró, extrañado. ¿Es que la gente ya le había perdido el miedo? ¿lo desconocido ya no suponía ser tan impactante en estos tiempos como lo solía ser antes?
El escualo se la estrechó, y se dejó sumergir en los enormes ojos de la uzujin. Grandes como el globo terráqueo, de un intenso color magenta, similar al de su cabellera.
—El placer es mío, Eri-chan. ¿Sí puedo tutearte, no? —indagó, aunque pareció responderse él mismo—. Yo me llamo Kaido. Umikiba Kaido, o también conocido como el gran Tiburón de Amegakure.
Le soltó la diestra, y se llevó ambas manos a los bolsillos. Suspiró, y volteó a ver hacia el primer tramo de la supuesta cueva.
—¿Estás segura de que es aquí?