13/09/2017, 19:40
Afortunadamente el can obedeció a la llamada, entendiendo a la perfección que si no se venía conmigo tendría un problema interesante, se lo agradecí con una sonrisa y todo el grupo descendimos la ladera hasta llegar hasta la parte trasera de la casa. Volvíamos al punto inicial antes de que nos separásemos de Tokaro. Una vez allí, las ovejas entraron en el cercado, cerré aquella puertecita y anudé el hilo para que nada ni nadie pudiese salir o entrar.
MouKou, por su parte, se internó en la casa sin esperar.
«Desde luego que necesita quemar energías con urgencia, ¡No para quieto!»
Una vez terminé la tarea yo también entré. Pude ver a Tokaro dormido en su sillón y un periódico cubriéndole las piernas. El aroma del té hizo que comprobase visualmente que reposaba sobre una mesita, aún caliente. El perro trataba de llamar su atención, primero estiro sus patas delanteras para abalanzarse sobre él. Aquello debió despertarlo, pero aparentemente no lo hizo. Justo después, MouKou mordió su mano con suavidad y me señaló como tratando de decir algo. Algo que no llegaba a comprender.
Carraspee un par de veces.
— Tokaro-san, ya terminamos con las ovejas
MouKou, por su parte, se internó en la casa sin esperar.
«Desde luego que necesita quemar energías con urgencia, ¡No para quieto!»
Una vez terminé la tarea yo también entré. Pude ver a Tokaro dormido en su sillón y un periódico cubriéndole las piernas. El aroma del té hizo que comprobase visualmente que reposaba sobre una mesita, aún caliente. El perro trataba de llamar su atención, primero estiro sus patas delanteras para abalanzarse sobre él. Aquello debió despertarlo, pero aparentemente no lo hizo. Justo después, MouKou mordió su mano con suavidad y me señaló como tratando de decir algo. Algo que no llegaba a comprender.
Carraspee un par de veces.
— Tokaro-san, ya terminamos con las ovejas
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