16/09/2017, 17:24
—Me temo que se ha echado una buena cabezadita, señor. Y efectivamente, no dejaron ni las malas hierbas, están perfectamente sus ovejas—respondió el kusajin, a lo que el viejo Tokaro le respondió con una galante sonrisa. Luego intercaló la mirada entre Yota y el can, que yacía calmo y tranquilo al lado del genin—. Bueno, ¿Qué es lo que sigue?
—Pues, con haber alimentado a las ovejas me basta, ya me ocuparé yo de acicalarlas. Tenéis los dos la tarde para compartir, conocerse y hacer lo que queráis. Entrenar, si gustan, o dar un paseo por la aldea. En la nevera hay para el almuerzo, Yota, y bueno, siéntete como en casa. Eso sí, lo que hablamos, ¿eh?
Se acercó hasta él y le susurró al oído.
—No le quites el ojo, y si de casualidad trata de escabullirse, quizás sería buena idea que le permitieses ir para así seguirlo. Creo que es la única forma de saber qué está pasando realmente.
—Pues, con haber alimentado a las ovejas me basta, ya me ocuparé yo de acicalarlas. Tenéis los dos la tarde para compartir, conocerse y hacer lo que queráis. Entrenar, si gustan, o dar un paseo por la aldea. En la nevera hay para el almuerzo, Yota, y bueno, siéntete como en casa. Eso sí, lo que hablamos, ¿eh?
Se acercó hasta él y le susurró al oído.
—No le quites el ojo, y si de casualidad trata de escabullirse, quizás sería buena idea que le permitieses ir para así seguirlo. Creo que es la única forma de saber qué está pasando realmente.