18/09/2017, 05:40
La falta de experiencia se sumó al nerviosismo y desesperación de Taeko, y le impidieron enfocarse en todos los factores de la batalla. Su corazón dio un doloroso vuelco cuando vio los shuriken volar de vuelta hacia Yota, hiriéndole de gravedad. Se quedó paralizada.
"No... No... No, no, no, no..." La peliplateada cayó de rodillas. "Lo eché a perder. Yubiwa... Yota... Es mi culpa. No pensé en magnetizarlo a él... No quería... Qué tonta. Tonta. ¡Tonta, tonta, tontaeko!"
Las lágrimas emborronaban su vista. Sus manos temblaban. Sin darse cuenta, las puntas de los shuriken se habían enterrado ligeramente en su palma. Quiso levantarse y lanzar los proyectiles al enemigo, motivada por la rabia, pero no pudo siquiera levantarse. Incluso si lo hacía, los shuriken irían en contra de Yota, pues ya estaría magnetizado. Se dobló, rostro en tierra, inundada por la desesperación. Entonces, una sensación extraña recorrió todo su cuerpo.
Cuando abrió los ojos, estaba de pie, y los 6 shuriken estaban en sus manos. Su chakra estaba rebosante, como si no hubiese efectuado jutsu alguno, y Yota estaba a su lado, sano, o lo más cercano. Las mejillas de Taeko estaban secas.
"¿Qué...? ¿Cómo...?" Miró su mano, aquella que había sido levemente dañada por sus shuriken al apretarlos de la ira, ahora sin herida alguna. "Fue... ¿Fue otro genjutsu? ¿Pero quién lo hizo? ¡No entiendo nada! ¿Cómo...? Yo lo vi... Yota-san... Yubiwa-san..."
Al levantar la mirada, vio al jounin, quien parecía seguir combatiendo contra su enemigo. Sin embargo, estaba rendido, cansado. Y no pudo hacer nada cuando Taiho aplastó su cabeza. Taeko soltó un respingo y cayó sentada, estallando en lágrimas. Se sentía enferma, y sus piernas temblaban. No podía hacer nada más. Su cuerpo aún podía luchar, sus reservas de chakra estaban al cien por ciento, y sus músculos no estaban muy cansados.
Pero su espíritu se había quebrado. Era su primera misión, y había experimentado demasiado en muy poco tiempo. Ver a Yota decapitado, ser artífice de herirlo de gravedad por segunda vez, y ahora ver a su tutor muerto. Si bien la tragedia era de esperarse en la vida de todo shinobi, Taeko no creía que fuese a ser tan temprano en su camino ninja. Mentalmente, Taeko ya se había rendido.
Y sin embargo, una sensación extraña le llegó desde un lado. Algo rodeaba a Yota, una especie de chakra morado.
"¿Pero qué...?"
Taeko apenas tuvo tiempo para preguntarse la naturaleza de tal aura, pues se vio impulsada por una repentina ráfaga de energía hacia un lado, chocando contra una de las raíces del árbol y cayendo boca abajo. Intentó levantarse, pero sus ánimos la habían abandonado casi por completo, y solo alcanzó a apoyar los codos contra la tierra. No pudo levantar la mirada, solo escuchó choques y ruidos de la batalla que seguiría.
"Ya lo sabía... no soy más que una carga..."
Taeko se debatiría si levantarse o no. ¿Habría alguna probabilidad de que en realidad fuese de ayuda? ¿O era mejor agachar la cabeza y aceptar su destino, fuese bueno o malo?
"No... No... No, no, no, no..." La peliplateada cayó de rodillas. "Lo eché a perder. Yubiwa... Yota... Es mi culpa. No pensé en magnetizarlo a él... No quería... Qué tonta. Tonta. ¡Tonta, tonta, tontaeko!"
Las lágrimas emborronaban su vista. Sus manos temblaban. Sin darse cuenta, las puntas de los shuriken se habían enterrado ligeramente en su palma. Quiso levantarse y lanzar los proyectiles al enemigo, motivada por la rabia, pero no pudo siquiera levantarse. Incluso si lo hacía, los shuriken irían en contra de Yota, pues ya estaría magnetizado. Se dobló, rostro en tierra, inundada por la desesperación. Entonces, una sensación extraña recorrió todo su cuerpo.
Cuando abrió los ojos, estaba de pie, y los 6 shuriken estaban en sus manos. Su chakra estaba rebosante, como si no hubiese efectuado jutsu alguno, y Yota estaba a su lado, sano, o lo más cercano. Las mejillas de Taeko estaban secas.
"¿Qué...? ¿Cómo...?" Miró su mano, aquella que había sido levemente dañada por sus shuriken al apretarlos de la ira, ahora sin herida alguna. "Fue... ¿Fue otro genjutsu? ¿Pero quién lo hizo? ¡No entiendo nada! ¿Cómo...? Yo lo vi... Yota-san... Yubiwa-san..."
Al levantar la mirada, vio al jounin, quien parecía seguir combatiendo contra su enemigo. Sin embargo, estaba rendido, cansado. Y no pudo hacer nada cuando Taiho aplastó su cabeza. Taeko soltó un respingo y cayó sentada, estallando en lágrimas. Se sentía enferma, y sus piernas temblaban. No podía hacer nada más. Su cuerpo aún podía luchar, sus reservas de chakra estaban al cien por ciento, y sus músculos no estaban muy cansados.
Pero su espíritu se había quebrado. Era su primera misión, y había experimentado demasiado en muy poco tiempo. Ver a Yota decapitado, ser artífice de herirlo de gravedad por segunda vez, y ahora ver a su tutor muerto. Si bien la tragedia era de esperarse en la vida de todo shinobi, Taeko no creía que fuese a ser tan temprano en su camino ninja. Mentalmente, Taeko ya se había rendido.
Y sin embargo, una sensación extraña le llegó desde un lado. Algo rodeaba a Yota, una especie de chakra morado.
"¿Pero qué...?"
Taeko apenas tuvo tiempo para preguntarse la naturaleza de tal aura, pues se vio impulsada por una repentina ráfaga de energía hacia un lado, chocando contra una de las raíces del árbol y cayendo boca abajo. Intentó levantarse, pero sus ánimos la habían abandonado casi por completo, y solo alcanzó a apoyar los codos contra la tierra. No pudo levantar la mirada, solo escuchó choques y ruidos de la batalla que seguiría.
"Ya lo sabía... no soy más que una carga..."
Taeko se debatiría si levantarse o no. ¿Habría alguna probabilidad de que en realidad fuese de ayuda? ¿O era mejor agachar la cabeza y aceptar su destino, fuese bueno o malo?
SILENCE
〘When deed speaks, words are nothing.〙
"Pienso" (thistle) ❀ ≫Escribo (orchid)
¡Visita El rincón de traducción de Taekūran!
〘When deed speaks, words are nothing.〙
"Pienso" (thistle) ❀ ≫Escribo (orchid)
¡Visita El rincón de traducción de Taekūran!