22/09/2017, 12:01
(Última modificación: 24/09/2017, 16:11 por Uzumaki Eri.)
Eri había caído por un agujero oscuro, pero parecía no ser simplemente solo un agujero. Aunque eso todavía no lo sabía, solo podía sentir el dolor que le había provocado la caída tan repentina que se había llevado y la leche que ahora soportaba su trasero. Se quedó parada unos instantes, recobrando el aliento que le habían arrebatado a través del golpe cuando abrió los ojos lentamente, intentando acostumbrarse a la oscuridad que la rodeaba para ver si podía vislumbrar algún ápice de luz.
—¡Mierda, mierda! ¡Me cago en todo, Eri-chan! ¿¡¿Estás ahí?! ¡Dime algo, coño!
Escuchó la voz de Kaido un tanto distante, pero lo suficientemente alta para saber que no se encontraba tan lejos de la entrada.
—¡Estoy bien, Kaido-san! —exclamó con voz medio ronca, aún sin aliento suficiente. Miró hacia arriba y logró ver la luz del boquete por el que había caído. «Aquí una no se puede fiar ni de sus pasos...»
Se incorporó de nuevo y limpió el rastro de polvo que se había acumulado en sus mallas oscuras, luego echó otra ojeada ya más espabilada y lo que vio fue una antorcha encendida, con una llama tan potente que parecía no se iba a extinguir nunca. Tras ella había otra, y tras aquella, otra más, perdiéndose en un camino iluminado.
—¡Kaido-san! —exclamó la kunoichi —. ¡Aquí hay un camino con antorchas! ¿Subo o bajas para investigar?
Lo que Eri no parecía haber pensado era que si aquellas antorchas estaban encendidas, seguramente era porque alguien estaba allí.
—¡Mierda, mierda! ¡Me cago en todo, Eri-chan! ¿¡¿Estás ahí?! ¡Dime algo, coño!
Escuchó la voz de Kaido un tanto distante, pero lo suficientemente alta para saber que no se encontraba tan lejos de la entrada.
—¡Estoy bien, Kaido-san! —exclamó con voz medio ronca, aún sin aliento suficiente. Miró hacia arriba y logró ver la luz del boquete por el que había caído. «Aquí una no se puede fiar ni de sus pasos...»
Se incorporó de nuevo y limpió el rastro de polvo que se había acumulado en sus mallas oscuras, luego echó otra ojeada ya más espabilada y lo que vio fue una antorcha encendida, con una llama tan potente que parecía no se iba a extinguir nunca. Tras ella había otra, y tras aquella, otra más, perdiéndose en un camino iluminado.
—¡Kaido-san! —exclamó la kunoichi —. ¡Aquí hay un camino con antorchas! ¿Subo o bajas para investigar?
Lo que Eri no parecía haber pensado era que si aquellas antorchas estaban encendidas, seguramente era porque alguien estaba allí.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)