23/09/2017, 03:05
Taeko no podía dejar de llorar. Boca abajo, con el rostro entre los brazos, resignada a no hacer más nada.
”Lo arruiné todo… Lo arruiné, lo arruiné… Maté a Yubiwa-san…”
No dejaba de repetirse lo mismo, una y otra vez. Temblaba, y estaba demasiado enfrascada en su pensar que apenas y escuchó lo que Yota y el hombre decían en la lejanía. Su compañero (si él la dejaba llamarle así) estaba envuelto en una especie de chakra extraño, y sonaba… cruel o salvaje. Su enemigo sonaba amenazante y enloquecido.
”No.” se dijo de repente ”Debo intentarlo. Ririki-san siempre creyó que yo estaba preparada. No puedo decepcionarla… a ella o a mi madre. Vamos, Taeko, levántate. Aún puedes servir, aunque seas una tonta torpe.”
Sintió algo extraño entonces. Podía percibir los tres shuriken que había magnetizado previamente. Estaban a unos metros a su derecha y enfrente. Había notado que, al eliminar el genjutsu (o lo que sea que hubiese hecho el jōnin peliazul a la percepción de Yota y Taeko), el chakra magnético del Jishaku shuriken había desaparecido.
”Pero el Jiryoku hiki… Lo apliqué a los tres shuriken antes de toparnos con Yota-san… ¡Los shuriken todavía están magnetizados! ¡Y Yota-san ya no lo está! ¡Levántate, Taeko! ¡Aún puedes servir para algo! ¡Levántate!
Alzó a duras penas la vista, y vio cómo Yota lanzaba un fūma shuriken al enemigo, pero éste lo esquivaba y lo tomaba, para luego arrojar el proyectil directamente a ella.
”¡LEVÁNTATE YA!”
Se impulsó rápidamente con los brazos, acelerada por la adrenalina de ver un arma tan grande acercarsele. Se movió hacia su derecha, girando tan rápidamente como pudo. El shuriken impactó la tierra justo donde ella había estado, levantando una nubecilla de humo.
Quedó de nuevo boca abajo, pero sintió un repentino y agudo dolor en su hombro izquierdo. Al dar un tembloroso vistazo, se dio cuenta de que no había sido lo suficientemente rápida, y el shuriken le había hecho un corte en diagonal desde su hombro, hacia abajo, rumbo a su pecho. Su hanfu estaba desgarrado, y la herida sangraba lentamente. No había sido profunda, aunque le doliera cuando intentase mover el brazo.
Si no fuese muda, habría gritado estridentemente.
Alzó la cabeza, de nuevo, con la adrenalina dándole el único sustento a sus acciones. Había pensado atraer los shuriken y lanzarlos al enemigo, pero se detuvo al ver cómo Yota lo tomaba con un monstruoso brazo purpúreo. Lo tenía bajo control, al parecer, a punto de degollarlo. Taeko no podía escuchar bien lo que decían, así que se quedó agachada, esperando el momento adecuado para recoger y lanzar sus shuriken.
”Lo arruiné todo… Lo arruiné, lo arruiné… Maté a Yubiwa-san…”
No dejaba de repetirse lo mismo, una y otra vez. Temblaba, y estaba demasiado enfrascada en su pensar que apenas y escuchó lo que Yota y el hombre decían en la lejanía. Su compañero (si él la dejaba llamarle así) estaba envuelto en una especie de chakra extraño, y sonaba… cruel o salvaje. Su enemigo sonaba amenazante y enloquecido.
”No.” se dijo de repente ”Debo intentarlo. Ririki-san siempre creyó que yo estaba preparada. No puedo decepcionarla… a ella o a mi madre. Vamos, Taeko, levántate. Aún puedes servir, aunque seas una tonta torpe.”
Sintió algo extraño entonces. Podía percibir los tres shuriken que había magnetizado previamente. Estaban a unos metros a su derecha y enfrente. Había notado que, al eliminar el genjutsu (o lo que sea que hubiese hecho el jōnin peliazul a la percepción de Yota y Taeko), el chakra magnético del Jishaku shuriken había desaparecido.
”Pero el Jiryoku hiki… Lo apliqué a los tres shuriken antes de toparnos con Yota-san… ¡Los shuriken todavía están magnetizados! ¡Y Yota-san ya no lo está! ¡Levántate, Taeko! ¡Aún puedes servir para algo! ¡Levántate!
Alzó a duras penas la vista, y vio cómo Yota lanzaba un fūma shuriken al enemigo, pero éste lo esquivaba y lo tomaba, para luego arrojar el proyectil directamente a ella.
”¡LEVÁNTATE YA!”
Se impulsó rápidamente con los brazos, acelerada por la adrenalina de ver un arma tan grande acercarsele. Se movió hacia su derecha, girando tan rápidamente como pudo. El shuriken impactó la tierra justo donde ella había estado, levantando una nubecilla de humo.
Quedó de nuevo boca abajo, pero sintió un repentino y agudo dolor en su hombro izquierdo. Al dar un tembloroso vistazo, se dio cuenta de que no había sido lo suficientemente rápida, y el shuriken le había hecho un corte en diagonal desde su hombro, hacia abajo, rumbo a su pecho. Su hanfu estaba desgarrado, y la herida sangraba lentamente. No había sido profunda, aunque le doliera cuando intentase mover el brazo.
Si no fuese muda, habría gritado estridentemente.
Alzó la cabeza, de nuevo, con la adrenalina dándole el único sustento a sus acciones. Había pensado atraer los shuriken y lanzarlos al enemigo, pero se detuvo al ver cómo Yota lo tomaba con un monstruoso brazo purpúreo. Lo tenía bajo control, al parecer, a punto de degollarlo. Taeko no podía escuchar bien lo que decían, así que se quedó agachada, esperando el momento adecuado para recoger y lanzar sus shuriken.
TAEKO
–
–
¤Shuriken: 0/6
75/100
-25
–140/140
¤Shuriken: 0/6
SILENCE
〘When deed speaks, words are nothing.〙
"Pienso" (thistle) ❀ ≫Escribo (orchid)
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