Parranda nocturna

[Uchiha Datsue]

Se sentía excitado, enfadado y asustado al mismo tiempo. Excitado por cazar a Eri besándose con otro. Enfadado por precisamente ser otro y no él quien recibía el beso. Y asustado, como siempre, por temor a que le cazasen.

Y claro que le habían cazado. ¿Cómo no iban a hacerlo, si había activado el flash en las últimas fotos? Pero es que una imagen como aquella no se veía todos los días. Al igual que con Akame y Koko, había querido captar hasta la más diminuta sombra, hasta el más mínimo detalle de aquella instantánea para el recuerdo. Una instantánea que disfrutaría como se merecía… más tarde.

Por el momento, tenía que hacer lo que mejor se le daba: huir.

Hozuki Chokichi era un repetidor, y además un mal shinobi. Pero hasta alguien como él aprendía de sus errores. Akame había estado a un pelo de cazarle, por no ser lo suficientemente previsor, y por eso había aprendido a tener siempre un plan de fuga. Cuando Eri y el kusareño corrieron hacia él, Chokichi, con manos temblorosas, lanzó una canica de papel al suelo desde el tejado. Una hikaridama que cayó antes de que los dos shinobis llegasen al edificio, y que estalló en un destello cegador que nubló sus ojos.

Cuando recuperaron la visión, vieron que ahora había dos Chokichis en el tejado. Uno corrió hacia la derecha, y, en vez de saltar al siguiente tejado, siguió corriendo, como si no se diese cuenta de que el techo se terminaba, cayendo en el vacío que había entre los dos edificios. Eri y Yota no pudieron ver el aterrizaje desde su posición, pero sí oyeron un sonido muy característico, como el de un globo de agua al estallar.

El otro Chokichi, a su vez, corrió hacia la izquierda. Cuando el tejado se acabó, se estampó contra el edificio de al lado, pegado a aquél y con dos pisos más de altura. Cayó de culo contra el tejado y se quedó sentado, sin moverse. Segundos más tarde s oyó un chillido al otro lado del edificio, en una calle paralela. Parecía el chillido de una mujer. De una anciana...