Parranda nocturna

[Uchiha Datsue]

Cuando Eri se aproximó desde lo alto del tejado para comprobar qué había sido de Chokichi en su caída, vio que en el lugar de dónde debería estar el cuerpo maltrecho del Hozuki solo había un pequeño charco de agua.

Al otro lado, Yota persiguió al otro, pero cambió de idea al oír el grito de una anciana. Y bien que hizo, porque aquel Chokichi también desapareció en un simple charco. Shinobi y kunoichi bajaron entonces al otro lado de la calle, donde se toparon en seguida con la anciana en apuros… o quizá no tan en apuros como pensaban. Lo que estaba claro, eso sin duda, es que estaba asustada. Tenía los ojos desencajados, la boca abierta y los labios temblorosos, y apuntaba con un dedo a un punto del suelo. Concretamente, a una gran alcantarilla con forma de reja.

Pese a que no había llovido en todo el día, los shinobis lo encontraron empapado, como si una gran masa de agua hubiese caído justo allí hacía tan solo unos instantes.

—E-estaba ahí, y de repente… de repente… ¡Ninja tenía que ser! —exclamó de pronto, y ambos notaron cierto desprecio en la voz de la anciana cuando nombró sus profesiones.