24/09/2017, 10:44
Los animales estaban tranquilos, menos Iku que permanecía inquieto al lado de la kunoichi rubia. No quería meter prisa ya que sentía que la responsable de su bienestar se encontraba triste y cabizbaja, así que se sentó y la miró con los ojos bien abiertos, parecía que esperaba por una respuesta, por algo para saber qué pasaba sobre su cabeza.
Kame y Hame, por otra parte, se encontraban cada una al lado del genin Hazegawa. Esperaban pacientes a que el chico comenzase a caminar y poder dar aquel merecido paseo que necesitaban. Con suerte la lluvia no era ningún impedimento para ellas.
Kame y Hame, por otra parte, se encontraban cada una al lado del genin Hazegawa. Esperaban pacientes a que el chico comenzase a caminar y poder dar aquel merecido paseo que necesitaban. Con suerte la lluvia no era ningún impedimento para ellas.