24/09/2017, 11:58
Yota apretó con aquél brazo hecho de chakra burbujeante. Taiho emitió un gemido de dolor, echando la cabeza hacia atrás. Aún así, cuando volvió a mirarle, estaba sonriendo. Sonriendo de oreja a oreja.
—Da igual lo que me hagas —dijo—. Soy un ninja más íntegro de lo que serás tú jamás. ¿Crees que te contaría algo que pudiera perjudicarme? ¡Jáh!
Escupió sangre a un lado.
—Que te follen. Puedes cortarme lo que quieras. Volveré a nacer. Volveré a crecer. Volveré a SER.
Dicen que hay cosas que pueden hacer enloquecer a una persona. Taiho parecía, claramente, una de esas personas a las que le han sucedido muchas de ese tipo de cosas.
—Mientras tanto, sigues siendo un poco arrogante.
Hubo un estallido azul eléctrico, y Taiho se envolvió en una capa de electricidad que chispeó un par de segundos antes de liberar un sinfín de rayos que alejaron los dedos de la garra de chakra bijuu que Yota estaba proyectando. Taiho cayó al suelo, con las rodillas flexionadas, y en un abrir y cerrar de ojos se plantó junto a Yota. Con el puño cerrado, golpeó su estómago y le hizo volar por los aires. Luego, extendió el brazo hacia él y pronunció.
—Chidori Eisou. —Una lanza de chakra eléctrico salió desde su mano y recorrió el espacio que les separaba, atravesando a Yota en el estómago. Taiho sonrió y cerró el puño con fuerza, haciendo que el ataque saliera desde múltiples puntos del cuerpo del Yotsuki, perforándolo. Por la espalda, por el costado, por el hombro, por las piernas...
Yota cayó al suelo hecho un auténtico colador.
«¡Yota-kun, no!», dijo Gyuuki desde su interior. El chakra burbujeante comenzó a cerrar sus heridas, pero de momento, apenas podía moverse. Mientras tanto, Taiho avanzaba hacia él, evidentemente cansado, sin prestar atención a Taeko, a quien había comenzado a subestimar, como si no fuera una amenaza.
...pero la muchacha estaba preparando un movimiento que podría llegar a salvar la vida de su compañero. ¿Lo conseguiría?
—Da igual lo que me hagas —dijo—. Soy un ninja más íntegro de lo que serás tú jamás. ¿Crees que te contaría algo que pudiera perjudicarme? ¡Jáh!
Escupió sangre a un lado.
—Que te follen. Puedes cortarme lo que quieras. Volveré a nacer. Volveré a crecer. Volveré a SER.
Dicen que hay cosas que pueden hacer enloquecer a una persona. Taiho parecía, claramente, una de esas personas a las que le han sucedido muchas de ese tipo de cosas.
—Mientras tanto, sigues siendo un poco arrogante.
Hubo un estallido azul eléctrico, y Taiho se envolvió en una capa de electricidad que chispeó un par de segundos antes de liberar un sinfín de rayos que alejaron los dedos de la garra de chakra bijuu que Yota estaba proyectando. Taiho cayó al suelo, con las rodillas flexionadas, y en un abrir y cerrar de ojos se plantó junto a Yota. Con el puño cerrado, golpeó su estómago y le hizo volar por los aires. Luego, extendió el brazo hacia él y pronunció.
—Chidori Eisou. —Una lanza de chakra eléctrico salió desde su mano y recorrió el espacio que les separaba, atravesando a Yota en el estómago. Taiho sonrió y cerró el puño con fuerza, haciendo que el ataque saliera desde múltiples puntos del cuerpo del Yotsuki, perforándolo. Por la espalda, por el costado, por el hombro, por las piernas...
Yota cayó al suelo hecho un auténtico colador.
«¡Yota-kun, no!», dijo Gyuuki desde su interior. El chakra burbujeante comenzó a cerrar sus heridas, pero de momento, apenas podía moverse. Mientras tanto, Taiho avanzaba hacia él, evidentemente cansado, sin prestar atención a Taeko, a quien había comenzado a subestimar, como si no fuera una amenaza.
...pero la muchacha estaba preparando un movimiento que podría llegar a salvar la vida de su compañero. ¿Lo conseguiría?
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