24/09/2017, 20:44
Yota se presentó, y la muchacha también hizo lo propio.
—Inuzuka Yiruchi, mucho gusto; Yota-chan.
Sin embargo, la mente filosa del kusajin le hizo meditar el asunto y comenzar a atar acabos. Claro que aquello podía ser una coincidencia, pero también podía que no. Además, inmediatamente apuntó al chucho y preguntó si ellos se conocían de algo, a lo que MouKou le ignoró efusivamente con el hocico apuntando a cada uno de sus costados continuamente. Si MouKou hubiese podido silbar, lo habría hecho.
—Disculpa, menudos modales. No, MouKou no es mío. Tan solo estoy cuidando de él, ¿Os conocéis?
—Nosotros, ¿conocernos? ¡pero qué dice, yota-kun! ¿cómo sería eso posible? yo, bueno, yo acabo de pasar, y tú estabas ahí. Él también, luego pasta y salsa en la cabeza. ¿Sí? sí —balbuceó, pasmada y cortada como la leche casera recién exprimida en la mañana. No parpadeaba, y casi se podía ver que estaba aguantando la respiración.
—Inuzuka Yiruchi, mucho gusto; Yota-chan.
Sin embargo, la mente filosa del kusajin le hizo meditar el asunto y comenzar a atar acabos. Claro que aquello podía ser una coincidencia, pero también podía que no. Además, inmediatamente apuntó al chucho y preguntó si ellos se conocían de algo, a lo que MouKou le ignoró efusivamente con el hocico apuntando a cada uno de sus costados continuamente. Si MouKou hubiese podido silbar, lo habría hecho.
—Disculpa, menudos modales. No, MouKou no es mío. Tan solo estoy cuidando de él, ¿Os conocéis?
—Nosotros, ¿conocernos? ¡pero qué dice, yota-kun! ¿cómo sería eso posible? yo, bueno, yo acabo de pasar, y tú estabas ahí. Él también, luego pasta y salsa en la cabeza. ¿Sí? sí —balbuceó, pasmada y cortada como la leche casera recién exprimida en la mañana. No parpadeaba, y casi se podía ver que estaba aguantando la respiración.