24/09/2017, 22:03
—Sí, quiero decir, yo también pensé que era raro pero... ¿Por qué tienes esa misma marca que su dueño? La de la mejilla digo. No, no quiero ofenderte, solo me pareció demasiada casualidad.
Yiruchi de pronto se sintió como si estuviese en el banquillo de los acusados, siendo juzgada por un juez poco renuente a perdonar grandes ofensas. ¿Pero por qué pensaba aquello? probablemente porque, fuese por mala suerte o sencillamente un impás del destino; se había encontrado con el chucho en el día menos indicado.
—En realidad estoy de misión —el kusajin se acercó a susurrarle, como si no quisiese que otros escucharan lo que tenía para decirle. Lo peor de todo aquello es que si había alguien a quién no debía contarle nada, era a ella—. su dueño dice que MouKou hace cosas raras y por eso estoy aquí. Tengo que averiguar qué le sucede.
MouKou y Yiruchi se vieron, y ambos asintieron. La Inuzuka cerró sus ojos, tras un leve suspiro.
—Yota-chan, mira, yo sé qué es lo que sucede con MouKou. Espera, antes de que digas nada, por favor no te agobies. Nos hemos encontrado por mera casualidad, y bueno, resulta que... ¡no soy buena para mentir!
MouKou se acercó y se sentó al lado de ella.
—MouKou y yo nos conocemos, sí. Y... bueno, él confía en ti, así que voy a mostrarte algo. Pero por ahora, sólo debes prometerme que guardarás el secreto, ¿está bien?
Yiruchi de pronto se sintió como si estuviese en el banquillo de los acusados, siendo juzgada por un juez poco renuente a perdonar grandes ofensas. ¿Pero por qué pensaba aquello? probablemente porque, fuese por mala suerte o sencillamente un impás del destino; se había encontrado con el chucho en el día menos indicado.
—En realidad estoy de misión —el kusajin se acercó a susurrarle, como si no quisiese que otros escucharan lo que tenía para decirle. Lo peor de todo aquello es que si había alguien a quién no debía contarle nada, era a ella—. su dueño dice que MouKou hace cosas raras y por eso estoy aquí. Tengo que averiguar qué le sucede.
MouKou y Yiruchi se vieron, y ambos asintieron. La Inuzuka cerró sus ojos, tras un leve suspiro.
—Yota-chan, mira, yo sé qué es lo que sucede con MouKou. Espera, antes de que digas nada, por favor no te agobies. Nos hemos encontrado por mera casualidad, y bueno, resulta que... ¡no soy buena para mentir!
MouKou se acercó y se sentó al lado de ella.
—MouKou y yo nos conocemos, sí. Y... bueno, él confía en ti, así que voy a mostrarte algo. Pero por ahora, sólo debes prometerme que guardarás el secreto, ¿está bien?