25/09/2017, 00:30
Sin en algo tenía razón el kusajin, es que esos tres cachorros eran ahora parte de la familia. Por tanto, las crías de MouKou se convertían en una especie de vínculo que de alguna forma, unía a aquellos dos núcleos Inuzuka de una manera preciada. Pero Yiruchi sabía que mamá no era una mujer pasible, ni renuente; o mucho menos sentimental. Si alguien tratase de convencerla de esa jodida patraña, probablemente trataría de arrancarles la lengua a mordiscos primero antes de seguir escuchando tanta sandez.
Así que agradeció el hecho de que la sugerencia de Yota no incluyera tener que ir hasta su madre, al menos no por ahora. Al contrario, prefirió apostar por el bueno de Tokaro, quizás era la movida más inteligente en un asunto tan delicado. Tratar con el menos conflictivo de todos, hacerlo ceder; y luego ocuparse del mal mayor.
—Trataré de hacerlo mejor ésta vez, pero Yota-kun: ¿en qué debo mentir ahora? —indagó, confusa. Los cachorros a su vez habían aceptado las manos de Yota y le habían dado un par de lamidas, luego se alejaron desinteresados.
Así que agradeció el hecho de que la sugerencia de Yota no incluyera tener que ir hasta su madre, al menos no por ahora. Al contrario, prefirió apostar por el bueno de Tokaro, quizás era la movida más inteligente en un asunto tan delicado. Tratar con el menos conflictivo de todos, hacerlo ceder; y luego ocuparse del mal mayor.
—Trataré de hacerlo mejor ésta vez, pero Yota-kun: ¿en qué debo mentir ahora? —indagó, confusa. Los cachorros a su vez habían aceptado las manos de Yota y le habían dado un par de lamidas, luego se alejaron desinteresados.