1/10/2017, 20:00
Antes de que Juro pudiera si quiera contestar a su inocente pregunta —ya que era por curiosidad y no por sufrir un atentado en su bolsillo — una mujer de estatura escasa y cabellera extremadamente larga la contestó, y no de una forma muy agradable que digamos.
«Menudo genio...»
No optó por contestar a aquello, pero sí fingió una sonrisa, la sonrisa más falsa que podía haber hecho la kunoichi, incluso apostaba todo los ryo que tenía encima a que era la más falsa que Juro había visto hasta ahora. Con suerte un señor mayor, con unas cuantas entradas en la cabeza saltó a su defensa.
Ella asintió con orgullo y levantó la cabeza. Luego miró a su acompañante y le sonrió, a éste le dedicó una sonrisa sincera, intentando quitarle hierro al asunto.
Se cruzó de brazos y esperó, sin hacer caso al barullo que allí había o a los comentarios de gente desagradable.
«Menudo genio...»
No optó por contestar a aquello, pero sí fingió una sonrisa, la sonrisa más falsa que podía haber hecho la kunoichi, incluso apostaba todo los ryo que tenía encima a que era la más falsa que Juro había visto hasta ahora. Con suerte un señor mayor, con unas cuantas entradas en la cabeza saltó a su defensa.
Ella asintió con orgullo y levantó la cabeza. Luego miró a su acompañante y le sonrió, a éste le dedicó una sonrisa sincera, intentando quitarle hierro al asunto.
Se cruzó de brazos y esperó, sin hacer caso al barullo que allí había o a los comentarios de gente desagradable.