2/10/2017, 20:41
(Última modificación: 3/10/2017, 00:59 por Sasagani Yota.)
No sabría decir con exactitud cuantos malditos jornales me pasé allí metido. Los primeros fueron los peores, no sabía por donde tenía que ir, y pude ver que aquello era una maldita galería con mil caminos distintos y solo uno era el correcto pero, ¿Cómo saber cuál era el correcto?
Por fortuna, el veneno fue tan solo el malestar de unas horas. Lo justo para desubicarme, probablemente fue aquella su función. Tuve que alimentarme de lo que iba encontrando. Animales vivos, tales como ratos, cucarachas o cosas parecidas.
Gracias a quién sabe qué Dios, parecía haber encontrado el camino de salida. El regreso al lugar donde conocí a la gran Kyodaigumo. Mis retinas vieron el resplandor de aquellas antorchas, unas antorchas que no veía de hacia mucho tiempo.
— V-vamos... Ya casi... está
Jadeaba entre excitado y aliviado, aceleraba el paso, quemaba las pocas energías que reposaban en mi cuerpo y caminé lo más firme que podía. La más firme que podía un cuerpo debilitado como lo estaba el mío.
Crucé aquel arco de piedra y de nuevo vi la figura paternal que tanto anhelaba ver y cerca de él aquella araña gigante. Sonreí mientras me tambaleaba.
— Lo logré...
Me fui acercando ante la atenta mirada de los presentes hasta volver al sitio donde estaba antes de caer a aquel foso.
— Te dije que lo lograría, Kuromibōjin-sama
— Vale, puede que tengas razón. Lo ha logrado y ciertamente puede darse el caso de que tu cachorro tenga potencial. Cumpliré mi palabra. Ponte de espaldas Yota-kun
— Chakra natural... Enseñame ese poder, papá...
Me temo que no voy a ser yo quién te va a enseñar eso, Yotita. Pero deberás ser paciente, aún hay un largo camino por recorrer. Vamos, haz lo que ha dicho
Me ayudó a hacerlo, yo no estaba en disposición de poder moverme mucho y cuando lo hice sentí una gran punzada. Bueno, de hecho fueron dos. La de los dos colmillos de la araña gigante penetrando la carne y abrasando mi interior. Ni siquiera fui capaz de emitir un solo chillido de dolor. Poco a poco, mi vitalidad se iba esfumando y aquellos colmillazos se iban llenando de chakra de tal manera que la sala se iluminó y así estuvimos durante unos minutos hasta que la viuda negra extrajo lo que estaba buscando.
— Nunca olvides lo mucho que os quiero, Yotita nunc... ¡Argh!
Esta vez fue su cuerpo el que estaba atravesado, pero en su caso le robaría toda su vitalidad. abrí los ojos de par en par con las lágrimas resbalando de mis globos oculares.
— Por qué...
— Era su parte del trato. Firma aquí y te transferiré los poderes que te prometí. Este será nuestro pacto de sangre y entonces serás uno de los nuestros. Nuestro enviado a Kusagakure
Me di la vuelta, parándome para observar el cadáver de mi padre, del hombre que lo sacrificó todo por mi. Mi puño se impregnó de rabia, los nudillos se tiñeron de blanco y la sangre brotó de la dureza con la que el puño se había firmado y entonces estampé la palma de mi mano en aquel pergamino e el que se dibujaban extrañas figuras.
— Estaremos en contacto permanentemente, Yota-kun. Obviamente, puedes venir aquí siempre que lo necesites. A partir de ahora esto también es tu casa. Aprenderás a ser una araña, a moverte como una araña, a pensar como una araña... Y cuando legue el momento te enseñaré a usar el chakra natural y a despertar el sabio que llevas dentro. No es una tarea fácil, cachorrito, pero si te fortaleces yo te ayudaré a hacerlo. Ahora, vuelve al lugar donde perteneces, camina entre tus semejantes y nunca jamás reveles los secretos que has conocido estos días. ¡Oh! Casi se me olvidaba. No te preocupes por tu criada, nos hemos ocupado de ella, debería seguir durmiendo.
— ¡Hey! Míralo, el cachorrito se ha vuelto una arañita ¡Kyaaaaaaaaaaa!
— Oh... Kumopansa... Tu serás el encargado de ayudarle. Yota, recuerda, con el Kuchiyose no jutsu podrás invocarnos y nosotros podremos invocarte a ti. Cuando nos necesites podrás usar el jutsu para que luchemos juntos, pero solo cuando sea realmente necesario. Recuerdalo bien, ¿De acuerdo?
[color=yellow]— Sí, creo que lo he pillado. Me voy a ir yendo antes de que Setsuna-sensei se despierte
— Nos veremos pronto, Yota-kun
Kumopansa saltó y se posó en mi espalda y empezamos a caminar hasta el exterior, siguiendo de nuevo el caminito marcado por las antorchas.
— Supongo que a tu criada sí se lo podemos decir, pero no más excepciones, ¡Que te veo venir, tronco!
Aquellos fueron días duros. Mi viaje había llegado a su fin y una vez que Setsuna asimiló toda la información, acabaríamos volviendo a Kusagakure.
— Así que Ryu-kun estaba vivo realmente y se sacrificó por ti. No esperaba menos de él. Bueno, creo que este viaje ya ha merecido mucho la pena, ¿No crees?
— Sí... eso creo. Ha sido todo muy extraño
— ¡Eh, troncos! ¿Qué hay de comer allí en Kusagakure? ¿Hay mosquitos? No me jodáis, ¿Eh? Aquí estamos muy bien acostumbradas...
Tanto Setsuna como yo rompimos a carcajada limpia.
Por fortuna, el veneno fue tan solo el malestar de unas horas. Lo justo para desubicarme, probablemente fue aquella su función. Tuve que alimentarme de lo que iba encontrando. Animales vivos, tales como ratos, cucarachas o cosas parecidas.
Gracias a quién sabe qué Dios, parecía haber encontrado el camino de salida. El regreso al lugar donde conocí a la gran Kyodaigumo. Mis retinas vieron el resplandor de aquellas antorchas, unas antorchas que no veía de hacia mucho tiempo.
— V-vamos... Ya casi... está
Jadeaba entre excitado y aliviado, aceleraba el paso, quemaba las pocas energías que reposaban en mi cuerpo y caminé lo más firme que podía. La más firme que podía un cuerpo debilitado como lo estaba el mío.
Crucé aquel arco de piedra y de nuevo vi la figura paternal que tanto anhelaba ver y cerca de él aquella araña gigante. Sonreí mientras me tambaleaba.
— Lo logré...
Me fui acercando ante la atenta mirada de los presentes hasta volver al sitio donde estaba antes de caer a aquel foso.
— Te dije que lo lograría, Kuromibōjin-sama
— Vale, puede que tengas razón. Lo ha logrado y ciertamente puede darse el caso de que tu cachorro tenga potencial. Cumpliré mi palabra. Ponte de espaldas Yota-kun
— Chakra natural... Enseñame ese poder, papá...
Me temo que no voy a ser yo quién te va a enseñar eso, Yotita. Pero deberás ser paciente, aún hay un largo camino por recorrer. Vamos, haz lo que ha dicho
Me ayudó a hacerlo, yo no estaba en disposición de poder moverme mucho y cuando lo hice sentí una gran punzada. Bueno, de hecho fueron dos. La de los dos colmillos de la araña gigante penetrando la carne y abrasando mi interior. Ni siquiera fui capaz de emitir un solo chillido de dolor. Poco a poco, mi vitalidad se iba esfumando y aquellos colmillazos se iban llenando de chakra de tal manera que la sala se iluminó y así estuvimos durante unos minutos hasta que la viuda negra extrajo lo que estaba buscando.
— Nunca olvides lo mucho que os quiero, Yotita nunc... ¡Argh!
Esta vez fue su cuerpo el que estaba atravesado, pero en su caso le robaría toda su vitalidad. abrí los ojos de par en par con las lágrimas resbalando de mis globos oculares.
— Por qué...
— Era su parte del trato. Firma aquí y te transferiré los poderes que te prometí. Este será nuestro pacto de sangre y entonces serás uno de los nuestros. Nuestro enviado a Kusagakure
Me di la vuelta, parándome para observar el cadáver de mi padre, del hombre que lo sacrificó todo por mi. Mi puño se impregnó de rabia, los nudillos se tiñeron de blanco y la sangre brotó de la dureza con la que el puño se había firmado y entonces estampé la palma de mi mano en aquel pergamino e el que se dibujaban extrañas figuras.
— Estaremos en contacto permanentemente, Yota-kun. Obviamente, puedes venir aquí siempre que lo necesites. A partir de ahora esto también es tu casa. Aprenderás a ser una araña, a moverte como una araña, a pensar como una araña... Y cuando legue el momento te enseñaré a usar el chakra natural y a despertar el sabio que llevas dentro. No es una tarea fácil, cachorrito, pero si te fortaleces yo te ayudaré a hacerlo. Ahora, vuelve al lugar donde perteneces, camina entre tus semejantes y nunca jamás reveles los secretos que has conocido estos días. ¡Oh! Casi se me olvidaba. No te preocupes por tu criada, nos hemos ocupado de ella, debería seguir durmiendo.
— ¡Hey! Míralo, el cachorrito se ha vuelto una arañita ¡Kyaaaaaaaaaaa!
— Oh... Kumopansa... Tu serás el encargado de ayudarle. Yota, recuerda, con el Kuchiyose no jutsu podrás invocarnos y nosotros podremos invocarte a ti. Cuando nos necesites podrás usar el jutsu para que luchemos juntos, pero solo cuando sea realmente necesario. Recuerdalo bien, ¿De acuerdo?
[color=yellow]— Sí, creo que lo he pillado. Me voy a ir yendo antes de que Setsuna-sensei se despierte
— Nos veremos pronto, Yota-kun
Kumopansa saltó y se posó en mi espalda y empezamos a caminar hasta el exterior, siguiendo de nuevo el caminito marcado por las antorchas.
— Supongo que a tu criada sí se lo podemos decir, pero no más excepciones, ¡Que te veo venir, tronco!
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Aquellos fueron días duros. Mi viaje había llegado a su fin y una vez que Setsuna asimiló toda la información, acabaríamos volviendo a Kusagakure.
— Así que Ryu-kun estaba vivo realmente y se sacrificó por ti. No esperaba menos de él. Bueno, creo que este viaje ya ha merecido mucho la pena, ¿No crees?
— Sí... eso creo. Ha sido todo muy extraño
— ¡Eh, troncos! ¿Qué hay de comer allí en Kusagakure? ¿Hay mosquitos? No me jodáis, ¿Eh? Aquí estamos muy bien acostumbradas...
Tanto Setsuna como yo rompimos a carcajada limpia.
![[Imagen: K1lxG4r.png]](https://i.imgur.com/K1lxG4r.png)
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