3/10/2017, 17:37
Al momento de abrirse la puerta, la kunoichi observo a la anciana algo sorprendida por su enorme amabilidad, pues Kimi estaba acostumbrada a que su falta de modales irritara a la gente, en cambio la señora Megumi permanecía tranquila con una sonrisa en sus labios.
—Pasa y te pongo al día sobre lo que tienes que hacer, o al menos tómate un té antes de empezar, será duro, tengo muchos boquetes por todos lados...
La chica entró a la casa siguiendo a la señora por los pasillos, mientras miraba hacia arriba buscando los boquetes que tendría que reparar.
—¿Cuál es tu nombre? —preguntó desde lo que se supondría sería la cocina de la casa.
—Kimi, ¿Le puede poner azúcar? No me gusta el té solo.
—Pasa y te pongo al día sobre lo que tienes que hacer, o al menos tómate un té antes de empezar, será duro, tengo muchos boquetes por todos lados...
La chica entró a la casa siguiendo a la señora por los pasillos, mientras miraba hacia arriba buscando los boquetes que tendría que reparar.
—¿Cuál es tu nombre? —preguntó desde lo que se supondría sería la cocina de la casa.
—Kimi, ¿Le puede poner azúcar? No me gusta el té solo.