8/10/2017, 20:17
—¡Oh! —exclamó la pelirroja, y parecía contenta de haber acertado con su suposición—. ¡Eres la finalista del Torneo! Por eso me acuerdo, ¡fui a ver la final! Hiciste un buen combate, aunque no recuerdo de dónde eras...
Las palabras se clavaron sobre ella como dagas. Con el corazón encogido, Ayame hundió los hombros con un pequeño puchero y apartó la mirada, pero no añadió nada en voz alta. Cada vez que creía haber olvidado el bochornoso combate de la final del torneo, siempre aparecía alguien que se lo recordaba. ¿Un buen combate? ¿Llamaba buen combate el haber sido apalizada sin siquiera tener la oportunidad defenderse ni una sola vez? Ni un mísero golpe...
No sólo habían golpeado su cuerpo hasta la extenuación. Sino también su espíritu y su orgullo.
—Una kunoichi de Amegakure, vaya, eres la primera que conozco, es un placer, mi nombre es Uzumaki Eri —añadió entonces, con una ligera reverencia.
—Sí... de Amegakure —correspondió ella, obligándose a forzar una sonrisa—. Es un placer, Eri-san.
Ayame reparó entonces en algo y parpadeó, mirando a la muchacha ladeando la cabeza varias veces.
—Eri... Conocí a una Eri de Uzushiogakure durante el torneo... Pero no eras tú. ¡Vaya, qué coincidencia!
Las palabras se clavaron sobre ella como dagas. Con el corazón encogido, Ayame hundió los hombros con un pequeño puchero y apartó la mirada, pero no añadió nada en voz alta. Cada vez que creía haber olvidado el bochornoso combate de la final del torneo, siempre aparecía alguien que se lo recordaba. ¿Un buen combate? ¿Llamaba buen combate el haber sido apalizada sin siquiera tener la oportunidad defenderse ni una sola vez? Ni un mísero golpe...
No sólo habían golpeado su cuerpo hasta la extenuación. Sino también su espíritu y su orgullo.
—Una kunoichi de Amegakure, vaya, eres la primera que conozco, es un placer, mi nombre es Uzumaki Eri —añadió entonces, con una ligera reverencia.
—Sí... de Amegakure —correspondió ella, obligándose a forzar una sonrisa—. Es un placer, Eri-san.
Ayame reparó entonces en algo y parpadeó, mirando a la muchacha ladeando la cabeza varias veces.
—Eri... Conocí a una Eri de Uzushiogakure durante el torneo... Pero no eras tú. ¡Vaya, qué coincidencia!