18/10/2017, 12:21
Como esperaba, Ayame se picó y respondió con un desafío imposible: que haría más bollitos que él y que todos ellos serían perfectísimamente perfectos.
—Ya veremos, ya... —dijo Daruu, frotándose las manos.
Evidentemente, aunque Ayame ya conseguía darle una forma apropiada a los bollitos, Daruu tenía mucha más experiencia que ella. No solo eso, sino que mientras que Ayame necesitaba parar varias veces a tomar aliento, el muchacho podía coordinar las manos a toda velocidad sin que eso supusiera una fatiga física ni mental. Cuando terminaron todas las bandejas, Daruu se cruzó de brazos, orgulloso.
—¿Ves? He hecho un huevo más que tú. —Sacó la lengua—. Hala. Te toca a ti avisar a mamá, por perder.
—Ya veremos, ya... —dijo Daruu, frotándose las manos.
Evidentemente, aunque Ayame ya conseguía darle una forma apropiada a los bollitos, Daruu tenía mucha más experiencia que ella. No solo eso, sino que mientras que Ayame necesitaba parar varias veces a tomar aliento, el muchacho podía coordinar las manos a toda velocidad sin que eso supusiera una fatiga física ni mental. Cuando terminaron todas las bandejas, Daruu se cruzó de brazos, orgulloso.
—¿Ves? He hecho un huevo más que tú. —Sacó la lengua—. Hala. Te toca a ti avisar a mamá, por perder.