21/10/2017, 10:13
La chica no pareció muy decidida con su respuesta, pero el sí de Ayame hizo que saltase de alegría del banco donde se encontraba. ¡Por fin podría subirse a un escenario! ¡Por fin la suerte comenzaba a mirarla! Tomó con cuidado la mano de la Aotsuki y la apretó con ambas suyas, claramente emocionada.
—¡Gracias! ¡Gracias! —exclamaba, una y otra vez, la kunoichi del Remolino.
—P... ¡Pero ya te digo que sólo canto por pasatiempo! —aclaró la joven moviendo las manos frente a ella, pero eso a Eri no le suponía un problema—. No soy cantante profesional ni nada de eso, ¡así que no me hago responsable de lo que pase!
—¡Bah! No te preocupes por eso, a mí lo que me interesa es subir allí y demostrarles que nosotras también podemos hacerlo bien, no necesito un premio que lo demuestre —alegó la joven bastante decidida mientras volvía a levantarse, puesto que se había sentado para tomar las manos de Ayame.
»Bueno, ¿vamos?
—¡Gracias! ¡Gracias! —exclamaba, una y otra vez, la kunoichi del Remolino.
—P... ¡Pero ya te digo que sólo canto por pasatiempo! —aclaró la joven moviendo las manos frente a ella, pero eso a Eri no le suponía un problema—. No soy cantante profesional ni nada de eso, ¡así que no me hago responsable de lo que pase!
—¡Bah! No te preocupes por eso, a mí lo que me interesa es subir allí y demostrarles que nosotras también podemos hacerlo bien, no necesito un premio que lo demuestre —alegó la joven bastante decidida mientras volvía a levantarse, puesto que se había sentado para tomar las manos de Ayame.
»Bueno, ¿vamos?