3/11/2017, 11:39
—Puede —respondió Eri, sus ojos cristalinos viajando por las diferentes personas que se reunían delante de ellas en la cola—. Algunas simplemente se apuntarán porque se aburren, piensa que es una ciudad grande y conocida.
«Bueno, al menos las probabilidades de que seamos las que peor lo hagamos se reducen con tanta gente no profesional...» Meditaba Ayame, algo más aliviada. Si tenía la suficiente suerte, puede que ni siquiera recordaran su cara después de aquel evento.
—El problema será el tiempo, supongo que nos llevará un par de horas subir al escenario —añadió la pelirroja, y la sonrisa de su rostro se había transformado en un gesto calculador y pensativo. Tras una breve interrupción, terminó por negar con la cabeza—. No te preocupes, Ayame-san, seguro que lo hacemos muy bien. Si quieres podemos ir a por unos antifaces o algo, así no nos reconocerán, por si te sientes más tranquila.
Intentaba tranquilizarla por todos los medios. Ayame lo sabía, y agradecía ese gesto. Por eso, correspondió con una temblorosa sonrisa.
—No... no creo que sea necesario. Supongo. Además, si nos vamos ahora de la cola sólo conseguiremos perder aún más tiempo. —Ayame ladeó ligeramente la cabeza, con un nuevo pensamiento aleteando en su cerebro—. Aunque... ni siquiera hemos ensayado. ¿Estará bien así?
«Bueno, al menos las probabilidades de que seamos las que peor lo hagamos se reducen con tanta gente no profesional...» Meditaba Ayame, algo más aliviada. Si tenía la suficiente suerte, puede que ni siquiera recordaran su cara después de aquel evento.
—El problema será el tiempo, supongo que nos llevará un par de horas subir al escenario —añadió la pelirroja, y la sonrisa de su rostro se había transformado en un gesto calculador y pensativo. Tras una breve interrupción, terminó por negar con la cabeza—. No te preocupes, Ayame-san, seguro que lo hacemos muy bien. Si quieres podemos ir a por unos antifaces o algo, así no nos reconocerán, por si te sientes más tranquila.
Intentaba tranquilizarla por todos los medios. Ayame lo sabía, y agradecía ese gesto. Por eso, correspondió con una temblorosa sonrisa.
—No... no creo que sea necesario. Supongo. Además, si nos vamos ahora de la cola sólo conseguiremos perder aún más tiempo. —Ayame ladeó ligeramente la cabeza, con un nuevo pensamiento aleteando en su cerebro—. Aunque... ni siquiera hemos ensayado. ¿Estará bien así?