7/11/2017, 20:15
Mientras que el tal Jin no se mostraba para nada de acuerdo con lo que el resto del grupo decía, Riko apoyó a Juro y a Ayame y metió la urgencia que le faltó a su voz temblorosa. Tenían poco tiempo. Muy poco tiempo.
Jin finalmente se mostró de acuerdo, lanzando una puya hacia su falta de habilidad como shinobis.
« ¿Qué demonios le pasa a este tío? » — se recordó así mismo tener precaución con él. Parecía sospechoso, o al menos, una persona en la que difícilmente se podría confiar.
Entonces, volvió a escucharse esa risa. Esa tétrica risa que se introdujo en su cuerpo. En su alma. En su mente. Parecía controlarle.
El sonido de la katana desenvainándose. Y clavándose en algo blanco. Un chillido se escuchó. Después, pasos. Más rápidos. Estaban corriendo hacia ellos. Más chillidos.
« Oh dios. Oh dios. Oh dios »
Sus piernas temblaban. Sus ojos se humedecieron. No quería morir. No quería morir.
Todos empezaron a correr. Juro no se quedó atrás, ni mucho menos. Hizo un spring con todas sus fuerzas, ignorando el cansancio. Solo tenía una cosa clara: no quería acercarse a aquella sombra que se encontraba a su espalda. Imaginó que estaba siendo perseguido y corrió aún más rápido.
Bloquearían la puerta. Se esconderían. Lo que fuese menos enfrentar a aquellos seres.
En cuanto tuvo la oportunidad, se metería en la casa. Su prioridad era esconderse.
Jin finalmente se mostró de acuerdo, lanzando una puya hacia su falta de habilidad como shinobis.
« ¿Qué demonios le pasa a este tío? » — se recordó así mismo tener precaución con él. Parecía sospechoso, o al menos, una persona en la que difícilmente se podría confiar.
Entonces, volvió a escucharse esa risa. Esa tétrica risa que se introdujo en su cuerpo. En su alma. En su mente. Parecía controlarle.
El sonido de la katana desenvainándose. Y clavándose en algo blanco. Un chillido se escuchó. Después, pasos. Más rápidos. Estaban corriendo hacia ellos. Más chillidos.
« Oh dios. Oh dios. Oh dios »
Sus piernas temblaban. Sus ojos se humedecieron. No quería morir. No quería morir.
Todos empezaron a correr. Juro no se quedó atrás, ni mucho menos. Hizo un spring con todas sus fuerzas, ignorando el cansancio. Solo tenía una cosa clara: no quería acercarse a aquella sombra que se encontraba a su espalda. Imaginó que estaba siendo perseguido y corrió aún más rápido.
Bloquearían la puerta. Se esconderían. Lo que fuese menos enfrentar a aquellos seres.
En cuanto tuvo la oportunidad, se metería en la casa. Su prioridad era esconderse.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60