11/11/2017, 18:36
Y tras una carrera que pareció interminable, en la que yo iba el último de la fila por fiarme más bien nada de ninguno de los presentes, llegamos a la mansión del terror. Por qué no era otra cosa que una mansión del terror. Estaba todo muy oscuro. Sospechosamente oscuro. Y no solo eso, justo cuando el último de nosotros entraba, yo, la puerta se cerró sola y además, por si eso no fuera suficientemente sospechoso, se escuchó un pestillo cerrarse. Era obvio, estábamos atrapados.
Por si todo aquello no fuera suficiente, la que parecía ser la única componente femenina del “equipo” se echó al suelo a llorar por que, al parecer, tenía miedo a la oscuridad. Yo no era quien para quejarme, claro, sin embargo, teníamos que movernos, y si nadie lo hacía, lo haría yo. Por otro lado… Moverse por aquella casa solo, tal vez era un suicidio, pero si nos quedábamos en la puerta, nos iban a pillar. Por otro lado, a mi aun me temblaban algo las piernas. La pesadilla parecía no haber hecho más que empezar.
— Vale, ¿alguno tiene algo que pueda servir como fuente de luz?
— Yo no tengo nada— respondió Juro, con un suspiro. Se notaba que Riko estaba apurado también —. Y no parece que haya interruptores. No se muy bien como funciona una fobia así, pero parece que habrá que cargar con ella.
—Yo tampoco, habrá que cargarla, puedo hacerlo yo, aunque no tengo mucha fuerza, pero tampoco parece pesar mucho. —Aun así esperaba que se ofreciera otro para cargarla. —Podemos buscar la cocina, seguro que allí encontraremos algo con lo que hacer fuego, tal vez cerillas o una vela. También puede que encontremos algún arma, quizás un cuchillo, para defendernos, porque, chicos, si nosotros hemos podido entrar, imaginaos ellos, que tal vez incluso sean los dueños. Tenemos que movernos rápido, y no creo que sea buena idea separarnos.
Confianza cero. Pero había un dicho, pero había un dicho en los libros de la academia que decía: “Mantén a tus amigos cerca, y a tus enemigos, más cerca aún”. Si alguno de ellos era el culpable de aquella locura y se separaba del grupo, entonces mala señal.
Por otro lado, mi idea de ir a la cocina era brillante sí, pero egoísta. Me importaba un carajo encontrar fuego. Me importaba un carajo encontrar armas. Solo quería una cosa: Maíz. Mi estómago lo estaba pidiendo. Mi cerebro me estaba diciendo que lo necesitaba. Era como si estuviera en medio del desierto, con mucho calor y sin agua. Había que encontrar la cocina rápido.
Por si todo aquello no fuera suficiente, la que parecía ser la única componente femenina del “equipo” se echó al suelo a llorar por que, al parecer, tenía miedo a la oscuridad. Yo no era quien para quejarme, claro, sin embargo, teníamos que movernos, y si nadie lo hacía, lo haría yo. Por otro lado… Moverse por aquella casa solo, tal vez era un suicidio, pero si nos quedábamos en la puerta, nos iban a pillar. Por otro lado, a mi aun me temblaban algo las piernas. La pesadilla parecía no haber hecho más que empezar.
— Vale, ¿alguno tiene algo que pueda servir como fuente de luz?
— Yo no tengo nada— respondió Juro, con un suspiro. Se notaba que Riko estaba apurado también —. Y no parece que haya interruptores. No se muy bien como funciona una fobia así, pero parece que habrá que cargar con ella.
—Yo tampoco, habrá que cargarla, puedo hacerlo yo, aunque no tengo mucha fuerza, pero tampoco parece pesar mucho. —Aun así esperaba que se ofreciera otro para cargarla. —Podemos buscar la cocina, seguro que allí encontraremos algo con lo que hacer fuego, tal vez cerillas o una vela. También puede que encontremos algún arma, quizás un cuchillo, para defendernos, porque, chicos, si nosotros hemos podido entrar, imaginaos ellos, que tal vez incluso sean los dueños. Tenemos que movernos rápido, y no creo que sea buena idea separarnos.
Confianza cero. Pero había un dicho, pero había un dicho en los libros de la academia que decía: “Mantén a tus amigos cerca, y a tus enemigos, más cerca aún”. Si alguno de ellos era el culpable de aquella locura y se separaba del grupo, entonces mala señal.
Por otro lado, mi idea de ir a la cocina era brillante sí, pero egoísta. Me importaba un carajo encontrar fuego. Me importaba un carajo encontrar armas. Solo quería una cosa: Maíz. Mi estómago lo estaba pidiendo. Mi cerebro me estaba diciendo que lo necesitaba. Era como si estuviera en medio del desierto, con mucho calor y sin agua. Había que encontrar la cocina rápido.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)