28/11/2017, 13:32
—Afortunado seremos todos de que esa mujer no decida arrancarnos la cabeza, de uno en uno. Ella está en la cúspide de su carrera, es una kunoichi formidable. Agresiva como el can más descontrolado. No creo que se ablande por dos hermosos cachorros como lo hace éste viejo Inuzuka.
El viejo sonrío y parecía estar totalmente dispuesto a llevar a cabo aquella locura temeraria en la que el raciocinio nos decía que como poco nos llevaríamos unos cuantos golpes.
—Llévanos, Yota-kun. Y esperemos que pase lo mejor.
— Bien, en ese caso no hay tiempo que perder, ¡en marcha!
Caminamos durante un rato al paso de Tokaro quien claramente se veía condicionado por su edad hasta que llegamos hasta los pies de la torre de ocio, donde habíamos acordado reunirnos con la otra parte de la familia. La parte complicada... Ahora solo quedaba esperar. Se trataba de una espera incómoda.
Hasta que sentí la incomodidad de MouKou y de Tokaro.
«Ya están aquí»
Y en efecto. Detrás de un arbusto, de forma violenta, apareció una mujer que en su mejilla tenía dibujado un colmillo y, tras ella, la novia de Moukou y el otro cachorro y la joven que me descubrió todo el pastel.
—¡Viejo Tokaro, enfréntate a mí y explícame esta aberración! ¡¿cómo es que tu can ha osado a enamorar a mi Kiriya, ah?! ¡ésto es imperdonable!
Bramaba, escudada en sus plenas facultades y su chaleco ninja que daba pistas sobre su veteranía y su experiencia en esto de ser kunoichi.
— Esto.. supongo que es algo que tenía que pasar. Además, Tokaro-san no ha tenido nada que ver en esto. Se ha enterado hoy mismo, tal y como lo hizo usted — dije dando un paso al frente y realizando en leve reverencia con tal de mostrar respeto hacia aquella mujer.
El viejo sonrío y parecía estar totalmente dispuesto a llevar a cabo aquella locura temeraria en la que el raciocinio nos decía que como poco nos llevaríamos unos cuantos golpes.
—Llévanos, Yota-kun. Y esperemos que pase lo mejor.
— Bien, en ese caso no hay tiempo que perder, ¡en marcha!
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Caminamos durante un rato al paso de Tokaro quien claramente se veía condicionado por su edad hasta que llegamos hasta los pies de la torre de ocio, donde habíamos acordado reunirnos con la otra parte de la familia. La parte complicada... Ahora solo quedaba esperar. Se trataba de una espera incómoda.
Hasta que sentí la incomodidad de MouKou y de Tokaro.
«Ya están aquí»
Y en efecto. Detrás de un arbusto, de forma violenta, apareció una mujer que en su mejilla tenía dibujado un colmillo y, tras ella, la novia de Moukou y el otro cachorro y la joven que me descubrió todo el pastel.
—¡Viejo Tokaro, enfréntate a mí y explícame esta aberración! ¡¿cómo es que tu can ha osado a enamorar a mi Kiriya, ah?! ¡ésto es imperdonable!
Bramaba, escudada en sus plenas facultades y su chaleco ninja que daba pistas sobre su veteranía y su experiencia en esto de ser kunoichi.
— Esto.. supongo que es algo que tenía que pasar. Además, Tokaro-san no ha tenido nada que ver en esto. Se ha enterado hoy mismo, tal y como lo hizo usted — dije dando un paso al frente y realizando en leve reverencia con tal de mostrar respeto hacia aquella mujer.
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa