2/12/2017, 22:38
Yiruchi, entre todo, no se lo podía creer. Pero estaba enormemente agradecida. Con Yota, y con Kotaro. Porque sin ellos, probablemente nunca hubiese podido revelar la verdad y quitarse aquel peso de los hombros.
Aceptó la mano de Yota, y se levantó del suelo aún con la cara roja.
—Te estaré siempre agradecida, Yota-kun. Sin tu ayuda, no habríamos podido lograrlo.
Yachara se acercó a ella, y le sobó la cabeza. Gruñó para sus adentros, y bastó una mirada entre madre e hija para perdonarse mutuamente. Era la primera vez que la tocaba, y desde entonces iba a proponerse que fuese la última. Kiriya también se acercó a ellos, y se acicaló entre las piernas de su familia.
MouKou, al lado de Tokaro, observaba aquella linda escena, satisfecho.
El viejo sonrió, tumbándose en el suelo, e inquirió a Yota.
—Oh, Yota-nii. Entonces: ¿qué es lo que le sucede a MouKou? —bromeó, como si no hubiesen podido descubrir el por qué de las actitudes de su perro, que en teoría, era la razón de aquella misión.
Ambas familias volvieron a casa, por separado. Aún necesitaban tiempo, tiempo para acostumbrarse y para reparar esas heridas y rencillas del pasado. Pero el primer paso para una reconciliación entre familias rivales ya estaba dado y todo gracias a Yota, quien actuó apropiadamente a lo largo de la misión. Tomó decisiones correctas y ayudó, nuevamente, a que la aldea continuase en paz.
Por eso, y sólo por eso, su misión había resultado: Exitosa.
Aceptó la mano de Yota, y se levantó del suelo aún con la cara roja.
—Te estaré siempre agradecida, Yota-kun. Sin tu ayuda, no habríamos podido lograrlo.
Yachara se acercó a ella, y le sobó la cabeza. Gruñó para sus adentros, y bastó una mirada entre madre e hija para perdonarse mutuamente. Era la primera vez que la tocaba, y desde entonces iba a proponerse que fuese la última. Kiriya también se acercó a ellos, y se acicaló entre las piernas de su familia.
MouKou, al lado de Tokaro, observaba aquella linda escena, satisfecho.
El viejo sonrió, tumbándose en el suelo, e inquirió a Yota.
—Oh, Yota-nii. Entonces: ¿qué es lo que le sucede a MouKou? —bromeó, como si no hubiesen podido descubrir el por qué de las actitudes de su perro, que en teoría, era la razón de aquella misión.
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Ambas familias volvieron a casa, por separado. Aún necesitaban tiempo, tiempo para acostumbrarse y para reparar esas heridas y rencillas del pasado. Pero el primer paso para una reconciliación entre familias rivales ya estaba dado y todo gracias a Yota, quien actuó apropiadamente a lo largo de la misión. Tomó decisiones correctas y ayudó, nuevamente, a que la aldea continuase en paz.
Por eso, y sólo por eso, su misión había resultado: Exitosa.