5/12/2017, 00:17
Evité mirar a la habitación en todo momento. Había varias razones para ello. La primera es que no quería devolver lo que acababa de comerme, la segunda, porque conociéndome, sabía que a no ser que todo aquello fuese un sueño, esa imagen iba a quedar grabada en mi memoria para siempre. Con todo lujo de detalles, como una fotografía, como el cuadro del mejor artista de oonido.
—N... no debería pasarnos nada... ¿no?
—Lo extraño seria que no pasara nada, las puertas se cierra y abren solas, las luces se encienden sin que nosotros pulsemos ningún interruptor y además, se escuchan voces, así que dime ¿Cómo esperas que piense que en la cocina no va a pasarnos nada? Si debe ser el lugar más peligroso de una casa del terror después del sótano
Como siempre, esperé a que todos ellos comenzaran la marcha para seguirlos. Seguía sin fiarme de ninguno de ellos, pese a que todos teníamos el mismo miedo, sin embargo ¿Quién se fía de un desconocido en una situación como esa? Eso no era lo que venía en los libros de la academia.
— Tened cuidado. Esto no me gusta...
A veces hace falta recalcar lo obvio. Llevaba teniendo cuidado desde el mismo momento en el que abrí los ojos. Excepto con el maíz, había medido y cuidado casi todas mis acciones. Además, decir que aquello no le gustaba, después de votar a favor de entrar en esa casa, era un poco contradictorio.
Sin embargo, entendía las razones que los habían llevado a entrar en un lugar como ese, al fin y al cabo eran las mismas que me habían llevado a mí a entrar en un lugar como ese: El miedo. Después de todo mi parloteo de que tenías que quedarnos fuera y luchar, había huido con el rabo entre las piernas como todos ellos, e incluso ahora, me negaba a mirar a una habitación donde decían que había un cadáver.
— Esto es enorme, aunque es lógico, viniendo de una mansión tan grade —intervino Juro—. Será mejor que empecemos a buscar algo que nos sirva de utilidad, ¿no?
Y no le faltaba razón. La cocina era tan grande como la primera planta de mi casa. Tal vez incluso más grande. Todo estaba lleno de polvo, eso tampoco me extrañaba, desde fuera la casa parecía abandonada. Otee toda la cocina con la mirada. El suelo era como un tablero de ajedrez. Eso me hizo sonreir un poco por dentro, el ajedrez me gustaba igual que el Shogi, eran juegos hechos para mí. Luego volví a la realidad, había 3 neveras antiguas, lo normal en la cocina de una mansión, por si celebraban algún baile de… mascaras… como las que llevábamos puestas. Me quedé pensativo un momento.
—Vale, vamos a mirar en todos lados, ¿de acuerdo?
Tenía razón, había que moverse, al fin y al cabo habíamos ido a la cocina a buscar algo para defendernos y yo, a buscar algo de maíz. Me dedicaría a rebuscar por los armarios y los cajones que no estaba mirando Riko, al menos, los que se dejaran abrir. Tampoco era yo extremadamente fuerte como para romper un cajón cerrado con llave. No solo busque algo que me sirviera como arma, sino que además busque algo importante para mí: Maíz.
—Deberíamos buscar también algo de comida, parece abandonado desde hace años, pero no sé, tal vez alguna lata de conserva aún sea comestible, no sabemos cuánto tiempo pasaremos aquí dentro…
Se me ocurrió también probar los grifos, si funcionaban no iba a beber claro, pero tenía que comprobarlo por si acaso ¿Quién sabe? Tal vez incluso la casa aún tenía agua potable. También podía pasar, que no saliera nada, o saliera el agua marrón, pero había que arriesgarse.
—N... no debería pasarnos nada... ¿no?
—Lo extraño seria que no pasara nada, las puertas se cierra y abren solas, las luces se encienden sin que nosotros pulsemos ningún interruptor y además, se escuchan voces, así que dime ¿Cómo esperas que piense que en la cocina no va a pasarnos nada? Si debe ser el lugar más peligroso de una casa del terror después del sótano
Como siempre, esperé a que todos ellos comenzaran la marcha para seguirlos. Seguía sin fiarme de ninguno de ellos, pese a que todos teníamos el mismo miedo, sin embargo ¿Quién se fía de un desconocido en una situación como esa? Eso no era lo que venía en los libros de la academia.
— Tened cuidado. Esto no me gusta...
A veces hace falta recalcar lo obvio. Llevaba teniendo cuidado desde el mismo momento en el que abrí los ojos. Excepto con el maíz, había medido y cuidado casi todas mis acciones. Además, decir que aquello no le gustaba, después de votar a favor de entrar en esa casa, era un poco contradictorio.
Sin embargo, entendía las razones que los habían llevado a entrar en un lugar como ese, al fin y al cabo eran las mismas que me habían llevado a mí a entrar en un lugar como ese: El miedo. Después de todo mi parloteo de que tenías que quedarnos fuera y luchar, había huido con el rabo entre las piernas como todos ellos, e incluso ahora, me negaba a mirar a una habitación donde decían que había un cadáver.
— Esto es enorme, aunque es lógico, viniendo de una mansión tan grade —intervino Juro—. Será mejor que empecemos a buscar algo que nos sirva de utilidad, ¿no?
Y no le faltaba razón. La cocina era tan grande como la primera planta de mi casa. Tal vez incluso más grande. Todo estaba lleno de polvo, eso tampoco me extrañaba, desde fuera la casa parecía abandonada. Otee toda la cocina con la mirada. El suelo era como un tablero de ajedrez. Eso me hizo sonreir un poco por dentro, el ajedrez me gustaba igual que el Shogi, eran juegos hechos para mí. Luego volví a la realidad, había 3 neveras antiguas, lo normal en la cocina de una mansión, por si celebraban algún baile de… mascaras… como las que llevábamos puestas. Me quedé pensativo un momento.
—Vale, vamos a mirar en todos lados, ¿de acuerdo?
Tenía razón, había que moverse, al fin y al cabo habíamos ido a la cocina a buscar algo para defendernos y yo, a buscar algo de maíz. Me dedicaría a rebuscar por los armarios y los cajones que no estaba mirando Riko, al menos, los que se dejaran abrir. Tampoco era yo extremadamente fuerte como para romper un cajón cerrado con llave. No solo busque algo que me sirviera como arma, sino que además busque algo importante para mí: Maíz.
—Deberíamos buscar también algo de comida, parece abandonado desde hace años, pero no sé, tal vez alguna lata de conserva aún sea comestible, no sabemos cuánto tiempo pasaremos aquí dentro…
Se me ocurrió también probar los grifos, si funcionaban no iba a beber claro, pero tenía que comprobarlo por si acaso ¿Quién sabe? Tal vez incluso la casa aún tenía agua potable. También podía pasar, que no saliera nada, o saliera el agua marrón, pero había que arriesgarse.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)