5/12/2017, 17:10
Tan pronto fue testigo de las palabras "déjalo donde puedas", el genin tomó la cesta y la dejó en el suelo con toda la delicadeza que sus agotados músculos le permitieron. Mientras Tsu se disponía a hacerle entrega del pergamino que confirmaba la satisfactoria finalización de la misión, Kuranosuke estiró espalda y brazos, tratando de paliar el dolor.
—Ha sido un placer —expresó al tomar el pergamino.
Junto al hombretón, el tuerto se aproximó a la salida del inmueble, no sin antes cambiarse la ropa, tomar todas sus posesiones y devolver el aparejo de trabajo al bueno de su supervisor. Ya cuando había dado un par de pasos en el exterior, Kuranosuke escuchó al señor Niwashi indicarle que quizá sería buena idea ir al hospital y asegurarse de que el mordisco no le había contagiado alguna enfermedad. El ninja asintió a la figura en la lejanía.
«Me pasaré por el hospital, pero primero el edificio del Morikage», se dijo en su fuero interno, ansioso de entregar su primera misión.
Así pues, puso rumbo a las oficinas del kage.
—Ha sido un placer —expresó al tomar el pergamino.
Junto al hombretón, el tuerto se aproximó a la salida del inmueble, no sin antes cambiarse la ropa, tomar todas sus posesiones y devolver el aparejo de trabajo al bueno de su supervisor. Ya cuando había dado un par de pasos en el exterior, Kuranosuke escuchó al señor Niwashi indicarle que quizá sería buena idea ir al hospital y asegurarse de que el mordisco no le había contagiado alguna enfermedad. El ninja asintió a la figura en la lejanía.
«Me pasaré por el hospital, pero primero el edificio del Morikage», se dijo en su fuero interno, ansioso de entregar su primera misión.
Así pues, puso rumbo a las oficinas del kage.