5/12/2017, 19:48
Lo que Yuki había dado por una gorra de un más que dudoso buen gusto, se movió en la cabeza del chico disfrazado de <Spider-Kun>. Y no sólo se movió, si no que salto desde su cabeza al suelo "¿Qué...?" los ojos de la joven se clavaron en aquella criatura que resultó ser una especie de araña bastante crecidita "¿Es de verdad?" aún no estaba muy segura, ¿quién demonios se iba a poner una araña de verdad de sombrero? más de aquel tamaño... y con aquella marca tan poco confiable en el abdomen
Si por la situación no era ya lo suficientemente extraña, el bicho clavó sus ocho ojos en la joven "Me está mirando..." no es que le diesen miedo las arañas, pero su reflejo fue dar un pequeño paso hacia atrás. Era un bicho grande, extraño y potencialmente peligroso.
— ¡Eh, tú, moza! Seguro que contigo me lo paso mejor que con el salao ese
No pudo ocultar su sorpresa ante la voz que parecía provenir del animal que ahora se dirigía hacia ella, cuando quiso darse cuenta estaba comenzando a escalar su pierna mientras el llamaba la atención a la joven que se había quedado atrapada en lo inesperado de la situación — ¡Eh! ¡Estoy aquí! —
Yuki miró hacia abajo, la criatura acababa de agarrarse a su pantorrilla —¡Ah!— el pequeño sobresalto siguió a una patada refleja para zafarse del animal con todas las fuerzas de la pelimorada (que no eran muchas, todo hay que decirlo) Aún así la fuerza suficiente para lanzar el animal contra el chico rubio que trataba de disculparse en aquel momento un tanto avergonzado por la situación.
Si por la situación no era ya lo suficientemente extraña, el bicho clavó sus ocho ojos en la joven "Me está mirando..." no es que le diesen miedo las arañas, pero su reflejo fue dar un pequeño paso hacia atrás. Era un bicho grande, extraño y potencialmente peligroso.
— ¡Eh, tú, moza! Seguro que contigo me lo paso mejor que con el salao ese
No pudo ocultar su sorpresa ante la voz que parecía provenir del animal que ahora se dirigía hacia ella, cuando quiso darse cuenta estaba comenzando a escalar su pierna mientras el llamaba la atención a la joven que se había quedado atrapada en lo inesperado de la situación — ¡Eh! ¡Estoy aquí! —
Yuki miró hacia abajo, la criatura acababa de agarrarse a su pantorrilla —¡Ah!— el pequeño sobresalto siguió a una patada refleja para zafarse del animal con todas las fuerzas de la pelimorada (que no eran muchas, todo hay que decirlo) Aún así la fuerza suficiente para lanzar el animal contra el chico rubio que trataba de disculparse en aquel momento un tanto avergonzado por la situación.