8/12/2017, 12:17
— Espero no decepcionarte. No soy demasiado bueno bailando —alegó el muchacho y Rinna rió levemente — ¿Eres de por aquí? —
—Sí —respondió la joven moviendo al chico lentamente, guiándole ella para que no descordinaran con los demás —. Me he criado aquí desde que era pequeña, y mi futuro es seguir con el legado de mi familia, velando por la seguridad de este pueblo, pero al ser tan pequeña y poco agraciada... —pausó, desviando la mirada —. No podré hacerlo yo, por lo que tendré que buscar a alguien que lo haga por mí
Sonrió de forma débil.
—¿Y tú? Que yo sepa, Kusagakure está lejos de estas tierras, ¿qué le trae por aquí, shinobi-san? —preguntó, curiosa, mientras alzaba ambas cejas.
Aquel chico le guiñó un ojo.
— Puedes llamarme Ryu. No te preocupes, me han enseñado bastante.
—Está bien, Ryu, tu mandas.
Eri simplemente se dejó llevar, y la verdad es que le sorprendió que aquel chico bailase tan bien y pudiese llevarla si problema, por lo que no pudo evitar pensar que tendría que venir de alguna familia acomodada ya que aquello de bailar siempre era enseñado entre hijos de clase alta.
Bueno, el baile y las colonias que tiraban hacia atrás, ¡si se estaba asfixiando!
— No he podido evitar fijarme en ti desde el momento en que has entrado. Tienes un buen gusto...
—¿Te refieres a la armadura? Lo sé, me he enamorado de ella desde que la vi —alegó la joven, sonriente.
—Sí —respondió la joven moviendo al chico lentamente, guiándole ella para que no descordinaran con los demás —. Me he criado aquí desde que era pequeña, y mi futuro es seguir con el legado de mi familia, velando por la seguridad de este pueblo, pero al ser tan pequeña y poco agraciada... —pausó, desviando la mirada —. No podré hacerlo yo, por lo que tendré que buscar a alguien que lo haga por mí
Sonrió de forma débil.
—¿Y tú? Que yo sepa, Kusagakure está lejos de estas tierras, ¿qué le trae por aquí, shinobi-san? —preguntó, curiosa, mientras alzaba ambas cejas.
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Aquel chico le guiñó un ojo.
— Puedes llamarme Ryu. No te preocupes, me han enseñado bastante.
—Está bien, Ryu, tu mandas.
Eri simplemente se dejó llevar, y la verdad es que le sorprendió que aquel chico bailase tan bien y pudiese llevarla si problema, por lo que no pudo evitar pensar que tendría que venir de alguna familia acomodada ya que aquello de bailar siempre era enseñado entre hijos de clase alta.
Bueno, el baile y las colonias que tiraban hacia atrás, ¡si se estaba asfixiando!
— No he podido evitar fijarme en ti desde el momento en que has entrado. Tienes un buen gusto...
—¿Te refieres a la armadura? Lo sé, me he enamorado de ella desde que la vi —alegó la joven, sonriente.