10/12/2017, 19:55
(Última modificación: 12/12/2017, 11:44 por Sasaki Reiji.)
—Si se lo quieres decir, y para que tú pierdas también la curiosidad que sin duda tendrás... Es una característica de mi clan. Hasta ahí puedo leer.
La verdad es que no sentía tanta curiosidad como Daruu pensaba. Vale, tenía los ojos claros ¿Y qué? Yo era el único en mi familia que los tenia de color verde y no le daba tantas vueltas al asunto, al fin y al cabo, los genes son los genes. Umikiba Kaido, lo suyo sí que despertaba mi curiosidad, un humano que era mitad pez o tal vez un pez que era mitad humano. En mi cabeza aun le daba vueltas a las posibilidades.
»Ya de paso... ¿Por qué no satisfaces mi propia curiosidad? ¿Cómo es que eres capaz de hablar con los cuervos? ¿Cómo es que tienes un cuervo que puede hablar con los humanos? Había oído hablar de animales que hablaban con humanos, de las familias esas a las que puedes invocar. Pero nunca imaginé que encontraría lo contrario, un humano que pudiese hablar cuervo. Bueno, a decir verdad, con los animales tampoco me he cruzado. Eres la primera.
—Y no solo la primera, sino que además, la más hermosa que veras. Mira estas plumas ¿Maravillosas verdad?
—No le hagas mucho caso, a veces lo de ser presumida se le va de las manos
—¡Oye! Que sigo aquí…
—En fin, el cuervo no me pertenece, más bien somos como hermanos, cuando firmé el pacto con ellos me quedé a vivir en sus tierras. Aprendí sobre su cultura y otras cosas. Allí fue donde aprendí a comunicarme con ellos. No me resultó difícil aprenderlo, pero aun así lo considero un logro porque mi padre, que lleva más años que yo con los cuervos, no sabe hacerlo
Al final, el cuervo, se disculpó con Daruu. Entre toda nuestra charla, él había seguido esperando una respuesta por nuestra parte. No hizo falta ningún traductor. La carita del cuervo ya lo decía todo y ante esa mirada, el de ojos blancos no pudo pedirle nada a cambio de ayudarle. Lo haría solo por buena fe o tal vez, porque a pesar de todo, al final el cuervo le había caído bien.
Yo sin embargo, no trabajaría gratis.
—Yo si voy a pedir algo a cambio de mi ayuda: Quiero que no vuelvas a atacar a nadie sin pruebas de que esa persona o animal te ha hecho algo de verdad, quiero que esta situación no vuelva a repetirse. Tienes que prometerlo
Se lo dije al cuervo en su propio idioma, de otro modo, no lo entendería.
La verdad es que no sentía tanta curiosidad como Daruu pensaba. Vale, tenía los ojos claros ¿Y qué? Yo era el único en mi familia que los tenia de color verde y no le daba tantas vueltas al asunto, al fin y al cabo, los genes son los genes. Umikiba Kaido, lo suyo sí que despertaba mi curiosidad, un humano que era mitad pez o tal vez un pez que era mitad humano. En mi cabeza aun le daba vueltas a las posibilidades.
»Ya de paso... ¿Por qué no satisfaces mi propia curiosidad? ¿Cómo es que eres capaz de hablar con los cuervos? ¿Cómo es que tienes un cuervo que puede hablar con los humanos? Había oído hablar de animales que hablaban con humanos, de las familias esas a las que puedes invocar. Pero nunca imaginé que encontraría lo contrario, un humano que pudiese hablar cuervo. Bueno, a decir verdad, con los animales tampoco me he cruzado. Eres la primera.
—Y no solo la primera, sino que además, la más hermosa que veras. Mira estas plumas ¿Maravillosas verdad?
—No le hagas mucho caso, a veces lo de ser presumida se le va de las manos
—¡Oye! Que sigo aquí…
—En fin, el cuervo no me pertenece, más bien somos como hermanos, cuando firmé el pacto con ellos me quedé a vivir en sus tierras. Aprendí sobre su cultura y otras cosas. Allí fue donde aprendí a comunicarme con ellos. No me resultó difícil aprenderlo, pero aun así lo considero un logro porque mi padre, que lleva más años que yo con los cuervos, no sabe hacerlo
Al final, el cuervo, se disculpó con Daruu. Entre toda nuestra charla, él había seguido esperando una respuesta por nuestra parte. No hizo falta ningún traductor. La carita del cuervo ya lo decía todo y ante esa mirada, el de ojos blancos no pudo pedirle nada a cambio de ayudarle. Lo haría solo por buena fe o tal vez, porque a pesar de todo, al final el cuervo le había caído bien.
Yo sin embargo, no trabajaría gratis.
—Yo si voy a pedir algo a cambio de mi ayuda: Quiero que no vuelvas a atacar a nadie sin pruebas de que esa persona o animal te ha hecho algo de verdad, quiero que esta situación no vuelva a repetirse. Tienes que prometerlo
Se lo dije al cuervo en su propio idioma, de otro modo, no lo entendería.