10/12/2017, 20:50
Técnicamente, lo que la pelirroja debería de estar haciendo implicaba entrenar, estudiar o por lo menos limpiar. Pero ninguna de aquellas alternativas le resultaban atractivas aquel día, quería hacer algo más por absurdo que fuese pero… ¿qué?
No podía hallar una buena respuesta a su pregunta, y tampoco le parecía adecuado ir a preguntar a nadie por la aldea así que simplemente se pasearía por la calle para —con algo de suerte— toparse con algo que le resultase interesante o entretenido.
Nada por aquí, nada por allá. ¿Qué hacer con tu vida en un día así? ¡Buscar algo productivo para hacer!
Aunque lejos de ponerse a buscar algo semejante, Ritsuko terminó haciendo una fila para poder comprar unos bollos de carne. Aunque más bien era para tener la cena lista, después de todo, tampoco tenía ganas de ponerse a cocinar nada.
Lo que no fue consciente fue que detrás suyo se habían formado otras dos personas y realmente, ¿tenían que importarle? No las conocía de nada y ella al menos ya tenía una bolsa de papel repleta de bollos. No tenía nada que hacer allí, ya no más.
Ah pero mientras cruzaba la calle pudo divisar una diminuta silueta animal alejándose. «¿Una cría? ¿Qué hace sola en la calle? »pensaba la kunoichi incapaz de dar con una respuesta concreta.
Al final, la joven aceleró el paso y siguió al animal. Si esta no se asustaba y huía incluso intentaría atraparlo, no porque le interesase quedarse con una mascota, más bien porque no le gustaba la idea de dejar una cría sola en el medio de la calle, a saber lo que podría pasarle.
No podía hallar una buena respuesta a su pregunta, y tampoco le parecía adecuado ir a preguntar a nadie por la aldea así que simplemente se pasearía por la calle para —con algo de suerte— toparse con algo que le resultase interesante o entretenido.
Nada por aquí, nada por allá. ¿Qué hacer con tu vida en un día así? ¡Buscar algo productivo para hacer!
Aunque lejos de ponerse a buscar algo semejante, Ritsuko terminó haciendo una fila para poder comprar unos bollos de carne. Aunque más bien era para tener la cena lista, después de todo, tampoco tenía ganas de ponerse a cocinar nada.
Lo que no fue consciente fue que detrás suyo se habían formado otras dos personas y realmente, ¿tenían que importarle? No las conocía de nada y ella al menos ya tenía una bolsa de papel repleta de bollos. No tenía nada que hacer allí, ya no más.
Ah pero mientras cruzaba la calle pudo divisar una diminuta silueta animal alejándose. «¿Una cría? ¿Qué hace sola en la calle? »pensaba la kunoichi incapaz de dar con una respuesta concreta.
Al final, la joven aceleró el paso y siguió al animal. Si esta no se asustaba y huía incluso intentaría atraparlo, no porque le interesase quedarse con una mascota, más bien porque no le gustaba la idea de dejar una cría sola en el medio de la calle, a saber lo que podría pasarle.