11/12/2017, 01:07
“Que me toque ya comprar, que me toque ya” – Pensaba Rika. Se sentía mal por no querer ir a por el gato, y si era ya su turno para comprarse comida podría usar eso como excusa de no haber podido ir detrás de él. Pero no había excusación alguna, no podía. La cola avanzó solo un puesto y delante de ella aún había un par de personas más. Imposible ya ignorar el acontecimiento de la criatura. Rika suspiró hacia adentro, quería ignorar aquello, pero entonces una chica comenzó a seguir al pequeño gato.
Este se detuvo al ver a la pelirroja acercarse. La sarutobi vio la escena y pensó que debía hacer algo, si aquella chica pensaba que el gato no tenía dueño sería capaz de llevárselo, es más, si Nemu o el propio sensei se enteraban que había tenido la oportunidad de recuperar a su pequeño gato y no la había aprovechado, ella sería castigada con crueles deberes como limpiar todo el dojo.
- ¡Eh eh! ¡Atrápalo, es el gato del sensei! – Gritó Rika. Realmente llamaba sensei a su instructor en la academia, porque ni recordaba su nombre, ni lo iba a hacer así que con aquel apodo es como ella lo llamaba, y en cierta forma, era su maestro.
El gato, al ver a aquella joven alzando la voz y corriendo en dirección a donde estaba, echó a correr una vez más, escapando por la amplia calle de la villa, y dejando atrás a las dos jóvenes con las que se había cruzado.
- Vaya…se te ha escapado. – Comentó Rika. Ella sabía bien que había sido su culpa, pero no quería admitirlo, no iba a hacerlo porque entonces su status podía peligrar. – ¿Podrías ayudarme a encontrarlo y devolvérselo al sensei? – Le preguntó.
En cierta forma, ella esperaba que la joven accediera a ayudarla, y también pensaba que encontrarían a la criatura, de no ser así podría meterse en un grave aprieto. En realidad, no era para tanto, pero Rika estaba exagerando mentalmente todo lo que había pensado que podía ocurrir, solo porque aquel día, se le había ocurrido no asistir a clase, y todo aquello que estaba ocurriendo ahora, quizá era el karma.
- Soy Sarutobi Rika – Se presentó. Formalidades, ante todo.
Este se detuvo al ver a la pelirroja acercarse. La sarutobi vio la escena y pensó que debía hacer algo, si aquella chica pensaba que el gato no tenía dueño sería capaz de llevárselo, es más, si Nemu o el propio sensei se enteraban que había tenido la oportunidad de recuperar a su pequeño gato y no la había aprovechado, ella sería castigada con crueles deberes como limpiar todo el dojo.
- ¡Eh eh! ¡Atrápalo, es el gato del sensei! – Gritó Rika. Realmente llamaba sensei a su instructor en la academia, porque ni recordaba su nombre, ni lo iba a hacer así que con aquel apodo es como ella lo llamaba, y en cierta forma, era su maestro.
El gato, al ver a aquella joven alzando la voz y corriendo en dirección a donde estaba, echó a correr una vez más, escapando por la amplia calle de la villa, y dejando atrás a las dos jóvenes con las que se había cruzado.
- Vaya…se te ha escapado. – Comentó Rika. Ella sabía bien que había sido su culpa, pero no quería admitirlo, no iba a hacerlo porque entonces su status podía peligrar. – ¿Podrías ayudarme a encontrarlo y devolvérselo al sensei? – Le preguntó.
En cierta forma, ella esperaba que la joven accediera a ayudarla, y también pensaba que encontrarían a la criatura, de no ser así podría meterse en un grave aprieto. En realidad, no era para tanto, pero Rika estaba exagerando mentalmente todo lo que había pensado que podía ocurrir, solo porque aquel día, se le había ocurrido no asistir a clase, y todo aquello que estaba ocurriendo ahora, quizá era el karma.
- Soy Sarutobi Rika – Se presentó. Formalidades, ante todo.