11/12/2017, 02:49
No sabía por qué, pero sentía que de una manera u otra había caído en cierto jueguito mental del shinobi y por eso ahora se mostraba tan feliz. Pero ya era muy tarde para lamentarse de nada, sencillamente se iba a tener que aguantar con aquello y probablemente llevarse una paliza gratuita.
«¿Será que le caigo mal? »se preguntó a sí misma, alimentando así su innata depresión.
De cualquier manera, la kunoichi se alejó un poco de la pared y se paró enfrentada al contrario para formar el sello habitual en los entrenamientos.
—Esa es mi línea —le dijo con una mirada nerviosa antes de ponerse en posición—. Fue tu idea, empieza tú.
Así al menos tendría una mínima ventaja.
«¿Será que le caigo mal? »se preguntó a sí misma, alimentando así su innata depresión.
De cualquier manera, la kunoichi se alejó un poco de la pared y se paró enfrentada al contrario para formar el sello habitual en los entrenamientos.
—Esa es mi línea —le dijo con una mirada nerviosa antes de ponerse en posición—. Fue tu idea, empieza tú.
Así al menos tendría una mínima ventaja.