11/12/2017, 13:45
Ayame ni siquiera había sido consciente de que una persona entre el público había abandonado la escena, huyendo como alma en pena. Desde debajo del escenario, la muchacha era capaz de escuchar el estallido de vítores y aplausos, llenándola de un sentimiento difícil de describir. Era como si la inundara desde dentro, y su propio corazón bombeaba al compás de los aplausos.
¿Tanto había gustado su actuación?
Cuando salió, con la cara roja como un tomate, se encontró cara a cara con Eri.
—¿Bromeas? —exclamó la pelirroja, mirándola con tal fijeza que tuvo que romper el contacto visual—. ¡Eso ha sido alucinante! ¡Seguro que quedamos entre los mejores solo por lo que acabas de hacer! ¡Es genial! —exclamaba, inmensamente feliz—. Por cierto, lo del agua, ¡Oh, por Shiona-sama! ¡Ha sido genial!
—D... ¿De verdad? ¿No me he pasado? ¡Aunque esto no habría sido nada sin la magia de tu flauta,
Eri-san! —respondió Ayame, jugueteando con sus manos. Era la primera vez que hacía una cosa así, era la primera vez que usaba sus habilidades de esa forma y, desde luego, con un fin no bélico. Y el que la había empujado a hacerlo había sido Datsue y el sentimiento de rivalidad que le había despertado con su magnífica actuación. Al recordar al Uchiha, Ayame miró a su alrededor—. Por cierto, ¿dónde está Datsue-san?
¿Tanto había gustado su actuación?
Cuando salió, con la cara roja como un tomate, se encontró cara a cara con Eri.
—¿Bromeas? —exclamó la pelirroja, mirándola con tal fijeza que tuvo que romper el contacto visual—. ¡Eso ha sido alucinante! ¡Seguro que quedamos entre los mejores solo por lo que acabas de hacer! ¡Es genial! —exclamaba, inmensamente feliz—. Por cierto, lo del agua, ¡Oh, por Shiona-sama! ¡Ha sido genial!
—D... ¿De verdad? ¿No me he pasado? ¡Aunque esto no habría sido nada sin la magia de tu flauta,
Eri-san! —respondió Ayame, jugueteando con sus manos. Era la primera vez que hacía una cosa así, era la primera vez que usaba sus habilidades de esa forma y, desde luego, con un fin no bélico. Y el que la había empujado a hacerlo había sido Datsue y el sentimiento de rivalidad que le había despertado con su magnífica actuación. Al recordar al Uchiha, Ayame miró a su alrededor—. Por cierto, ¿dónde está Datsue-san?