11/12/2017, 15:21
El sol brillaba en el exterior, pero en el interior de esa habitación cualquiera diría que había llegado noche.
En primera instancia Ralexion no pudo apreciar nada del lugar más allá de la llamativa luz de las velas. Sus ojos necesitaron de unos momentos para corregir la amplitud de sus pupilas a una más adecuada para el ambiente. Entonces pudo observar que no se encontraba solo, habían otra dos féminas con él.
Una de las dos tenía un cabello de un color extraño, partido en dos tonalidades: negro y verde. También usaba lentes. El Uchiha pensó que quizás la falta de luminosidad le estaba llevando a ver mal, que la tonalidad de su cabellera estaba sometiéndolo a un truco.
Se habría fijado mejor, pero el aspecto de la otra muchacha le produjo un terrible sudor frío que robó la totalidad de su atención.
Ese pelaje ardiente le hizo creer ver a un fantasma. Solo había conocido a alguien con tal estampa: Honōiro. Pero como cabía esperar, no era ella. Se trataba sin lugar a dudas de una persona distinta, la tonalidad de rojo ni siquiera era la misma. Inhaló aire de una manera prácticamente inaudible, manteniendo a ralla un inoportuno golpe de ansiedad.
«Ya va siendo hora de comenzar a aceptar la situación y dar la talla...», se reprendió con dureza.
Reverenció al resto de presentes, siguiendo el ejemplo de la muchacha con gafas.
—Hola, mi nombre es Uchiha Ralexion —se presentó, intercambiando miradas nerviosas entre Rika y Ritsuko.
Reparó en los peculiares símbolos gracias a la mención de su nueva compañera. Se aproximó a ellos a grandes zancadas, y una vez frente a estos se cruzó de brazos. Barajó que quizás no entendía su significado dada su infancia en Uji, pero Rika tampoco parecía hacerlo. Ello le hizo sentirse un poco mejor.
—Hmm... —dejó escapar, rozando a los referidos con las yemas de sus dedos.
Encaró a Rika y se encogió de hombros. Comprobó que, efectivamente, la cabellera de la muchacha era tan extraña como le había parecido percibir en primera instancia.
—Eso me dijeron, supongo que ahora somos compañeros.
En primera instancia Ralexion no pudo apreciar nada del lugar más allá de la llamativa luz de las velas. Sus ojos necesitaron de unos momentos para corregir la amplitud de sus pupilas a una más adecuada para el ambiente. Entonces pudo observar que no se encontraba solo, habían otra dos féminas con él.
Una de las dos tenía un cabello de un color extraño, partido en dos tonalidades: negro y verde. También usaba lentes. El Uchiha pensó que quizás la falta de luminosidad le estaba llevando a ver mal, que la tonalidad de su cabellera estaba sometiéndolo a un truco.
Se habría fijado mejor, pero el aspecto de la otra muchacha le produjo un terrible sudor frío que robó la totalidad de su atención.
Ese pelaje ardiente le hizo creer ver a un fantasma. Solo había conocido a alguien con tal estampa: Honōiro. Pero como cabía esperar, no era ella. Se trataba sin lugar a dudas de una persona distinta, la tonalidad de rojo ni siquiera era la misma. Inhaló aire de una manera prácticamente inaudible, manteniendo a ralla un inoportuno golpe de ansiedad.
«Ya va siendo hora de comenzar a aceptar la situación y dar la talla...», se reprendió con dureza.
Reverenció al resto de presentes, siguiendo el ejemplo de la muchacha con gafas.
—Hola, mi nombre es Uchiha Ralexion —se presentó, intercambiando miradas nerviosas entre Rika y Ritsuko.
Reparó en los peculiares símbolos gracias a la mención de su nueva compañera. Se aproximó a ellos a grandes zancadas, y una vez frente a estos se cruzó de brazos. Barajó que quizás no entendía su significado dada su infancia en Uji, pero Rika tampoco parecía hacerlo. Ello le hizo sentirse un poco mejor.
—Hmm... —dejó escapar, rozando a los referidos con las yemas de sus dedos.
Encaró a Rika y se encogió de hombros. Comprobó que, efectivamente, la cabellera de la muchacha era tan extraña como le había parecido percibir en primera instancia.
—Eso me dijeron, supongo que ahora somos compañeros.