13/12/2017, 00:47
Oh wow, menuda noche.
Al final quedaron los dos llorando. Ritsuko se derrumbó, metafóricamente hablando, y rompió a llorar con todavía más viveza que el moreno. No sabía porqué la fémina cargaba con tanta pena en su interior, pero comprendía a la perfección esa sensación de expulsarlo todo, de purificadora catarsis.
Se aferró con todavía más fuerza a ella, pegando su rostro con la retaguardia del cráneo ajeno. Quería transmitirle apoyo y cariño por partes iguales todo lo que fuera materialmente posible. Quería que comprendiera que aunque no eran más que compañeros elegidos al azar o por motivos desconocidos, estaba ahí para ella, en esa fría noche, en la que el viento mordía con mayor voracidad que de costumbre.
—Estoy aquí, Ritsuko-san... estoy aquí...
Al final quedaron los dos llorando. Ritsuko se derrumbó, metafóricamente hablando, y rompió a llorar con todavía más viveza que el moreno. No sabía porqué la fémina cargaba con tanta pena en su interior, pero comprendía a la perfección esa sensación de expulsarlo todo, de purificadora catarsis.
Se aferró con todavía más fuerza a ella, pegando su rostro con la retaguardia del cráneo ajeno. Quería transmitirle apoyo y cariño por partes iguales todo lo que fuera materialmente posible. Quería que comprendiera que aunque no eran más que compañeros elegidos al azar o por motivos desconocidos, estaba ahí para ella, en esa fría noche, en la que el viento mordía con mayor voracidad que de costumbre.
—Estoy aquí, Ritsuko-san... estoy aquí...