13/12/2017, 02:04
Cerró la puerta corredera a su espalda. Ahora se encontraba en la soledad y silencio de su habitación. Además del armario empotrado del que había sacado la almohada para Ritsuko y un ventanal que daba al exterior —el cual filtraba la luz de la luna en el habitáculo— solo podía observarse el futón que Ralexion llamaba cama, allá relegado a la esquina derecha del lugar.
Suspiró. No sabía muy bien cómo tomarse todo lo que había ocurrido. Decidió que ya se preocuparía de ello por la mañana. Además, debía ayudar a su compañera a encontrar el camino de vuelta a su hogar.
Del armario, que también gozaba de puertas correderas fabricadas en papel de arroz, sacó un pijama de color negro, largo y abrigado. Sus ropajes actuales los dejó caer al piso con actitud despreocupada. Se cambió de ropa con ligereza y se introdujo en el futón cuando estuvo listo.
Adquirió una posición neutral, con el rostro mirando al techo. Cerró los ojos e hizo lo que buenamente pudo para relajarse... esperaba que con lo agotado que se encontraba no le fuera tarea difícil el conciliar el sueño.
Suspiró. No sabía muy bien cómo tomarse todo lo que había ocurrido. Decidió que ya se preocuparía de ello por la mañana. Además, debía ayudar a su compañera a encontrar el camino de vuelta a su hogar.
Del armario, que también gozaba de puertas correderas fabricadas en papel de arroz, sacó un pijama de color negro, largo y abrigado. Sus ropajes actuales los dejó caer al piso con actitud despreocupada. Se cambió de ropa con ligereza y se introdujo en el futón cuando estuvo listo.
Adquirió una posición neutral, con el rostro mirando al techo. Cerró los ojos e hizo lo que buenamente pudo para relajarse... esperaba que con lo agotado que se encontraba no le fuera tarea difícil el conciliar el sueño.