13/12/2017, 02:19
Por lo menos Ritsuko no tardó demasiado en conciliar el sueño, estaba muy a gusto allí abajo entre las mantas y aferrada con brazos y piernas a la almohada que le habían prestado, aunque seguramente el Uchiha habría pensado en otra cosa para el momento en que se la pasó, pero poco importaba. La chica durmió muy bien y luego de unas horas, asomó apenas la cabeza desde debajo de las mantas para verificar que fuese de día.
Y así era. Había amanecido y técnicamente la pelirroja ya no tenía más excusas para mantenerse en aquella vivienda.
Silenciosamente se arrastró para salir de su escondite con especial cuidado de no golpear la mesa y comprobó que el bonsái seguía a salvo. Puede que un tanto desplazado de su lugar original al igual que las copas, pero de alguna manera todo estaba en perfectas condiciones. «Bien »se dijo a sí misma.
Pero tenía un pequeñísimo problema y era que no veía su capa por ninguna parte, seguramente el shinobi sabría dónde la dejó, o al menos debería.
Al no tener ninguna otra opción, la kunoichi ingresó en la habitación y buscó rápidamente al dueño de la misma, principalmente porque temía encontrarse con algo que no debería de ver.
Una vez localizado el Uchiha, la pelirroja se acercó y tomó asiento a un lado de él, estiró una mano e intentó despertarle tan delicadamente como le fuese posible, empujándole suavemente por el hombro.
—Ralexion —soltaba de vez en cuando intentando despertarle.
Y así era. Había amanecido y técnicamente la pelirroja ya no tenía más excusas para mantenerse en aquella vivienda.
Silenciosamente se arrastró para salir de su escondite con especial cuidado de no golpear la mesa y comprobó que el bonsái seguía a salvo. Puede que un tanto desplazado de su lugar original al igual que las copas, pero de alguna manera todo estaba en perfectas condiciones. «Bien »se dijo a sí misma.
Pero tenía un pequeñísimo problema y era que no veía su capa por ninguna parte, seguramente el shinobi sabría dónde la dejó, o al menos debería.
Al no tener ninguna otra opción, la kunoichi ingresó en la habitación y buscó rápidamente al dueño de la misma, principalmente porque temía encontrarse con algo que no debería de ver.
Una vez localizado el Uchiha, la pelirroja se acercó y tomó asiento a un lado de él, estiró una mano e intentó despertarle tan delicadamente como le fuese posible, empujándole suavemente por el hombro.
—Ralexion —soltaba de vez en cuando intentando despertarle.