13/12/2017, 02:33
Al muchacho tampoco le resultó laborioso el caer sobre los brazos de la inconsciencia. Su cuerpo agradeció en demasía el descanso así como su mente se regocijó al poder desconectar. Sus sueños fueron pacíficos, libres de las viejas desgracias que le quitaban el aliento durante el día.
La pelirroja lo encontró durmiendo de lado, con el rostro hacia la pared. Se removió un poco cuando se sintió zarandeado. Abrió los ojos con lentitud, extremadamente aturdido y necesitando habituar sus pupilas a la luz del día. Ladeó el rostro con semblante zombificado y reparó en la presencia ajena.
—¿Hmm...? Ah, Ritsuko-san...
Era cierto, lo de aquella noche no había sido un sueño.
—¿En qué puedo ayudarte?
La pelirroja lo encontró durmiendo de lado, con el rostro hacia la pared. Se removió un poco cuando se sintió zarandeado. Abrió los ojos con lentitud, extremadamente aturdido y necesitando habituar sus pupilas a la luz del día. Ladeó el rostro con semblante zombificado y reparó en la presencia ajena.
—¿Hmm...? Ah, Ritsuko-san...
Era cierto, lo de aquella noche no había sido un sueño.
—¿En qué puedo ayudarte?