13/12/2017, 15:06
—Claro que sí, campeón —respondió a desgano en lo que seguía gateando lentamente en línea recta.
En poco tendría que dar con Ralexion, aunque lo averiguaría en cuanto llegue a establecer el contacto físico. Después de todo, en teoría, estaba inmovilizado, ¿verdad? Además, ¿cómo pretendían que encendiera las velas sin incinerar algo?
Aunque si vamos al caso, justo Ritsuko era la menos indicada al no poder utilizar ninguna técnica para iluminar nada, no podía convertir su chakra en fuego ni tampoco podía ejecutar técnicas de lava, aunque… una cantidad mínima podía expulsar por la boca, como si fuese su propia saliva, así fue como se descubrió que poseía dicho kekkei genkai.
Solo necesitaba un buen lugar donde ‘vomitar’, como una vela, que pudiera iluminar como corresponde y no como la gotita de lava que podría escupir en cualquier momento.
Aunque claro, alguien la atacaba desde el techo, pero en semejante oscuridad, ¿cómo diantres se suponía que iba a ver nada? Siquiera escuchar, podía escuchar perfectamente, pero no lo suficiente como para escuchar un kunai en pleno vuelo. Aunque como la pelirroja jamás dejó de moverse tal vez y no le llegaba a dar.
Lo curioso era que ninguno de los dos hablaba, se habían quedado callados.
En poco tendría que dar con Ralexion, aunque lo averiguaría en cuanto llegue a establecer el contacto físico. Después de todo, en teoría, estaba inmovilizado, ¿verdad? Además, ¿cómo pretendían que encendiera las velas sin incinerar algo?
Aunque si vamos al caso, justo Ritsuko era la menos indicada al no poder utilizar ninguna técnica para iluminar nada, no podía convertir su chakra en fuego ni tampoco podía ejecutar técnicas de lava, aunque… una cantidad mínima podía expulsar por la boca, como si fuese su propia saliva, así fue como se descubrió que poseía dicho kekkei genkai.
Solo necesitaba un buen lugar donde ‘vomitar’, como una vela, que pudiera iluminar como corresponde y no como la gotita de lava que podría escupir en cualquier momento.
Aunque claro, alguien la atacaba desde el techo, pero en semejante oscuridad, ¿cómo diantres se suponía que iba a ver nada? Siquiera escuchar, podía escuchar perfectamente, pero no lo suficiente como para escuchar un kunai en pleno vuelo. Aunque como la pelirroja jamás dejó de moverse tal vez y no le llegaba a dar.
Lo curioso era que ninguno de los dos hablaba, se habían quedado callados.