13/12/2017, 15:48
El gato se le acercó sin dudarlo cuando olió el bollo de carne. No era justamente el que andaban buscando, pero si uno de tantos otros que podían andar por la zona y que justamente en ese instante tuviera un poco de hambre. La interrupción de Nemu asustó tanto a Ritsuko que había comprobado que no solo el pescado era la comida predilecta de los gatos, como al gato, que salió corriendo.
- ¡Nemu! ¿Qué haces tú ahí? – Le replicó la joven.
El peliblanco, sin mediar más palabras, enseñó que tenía entre sus manos. Era nada más y nada menos que el gato del sensei, él lo había atrapado, y ahora, este parecía tenerle un especial cariño pues se sentía cómodo en los brazos del shinobi.
- Estaba por la zona cuando lo ví correr y subirse a un árbol. Parecía que alguien lo había asustado. Sería bueno devolvérselo a su dueño – Comentó. – ¿Y esas sardinas para qué son?
Rika se giró y le hizo un gesto a Ritsuko para que se mantuviera callada. Aunque ella, parecía estar más a otro asunto, pues el pequeño gato estaba regresando lentamente, para intentar que la joven le diera un trozo de aquel bollo.
- Nada, era un juego. – Maldecía por dentro.
Nemu descendió del árbol andando por él gracias al chakra. Se acercó hasta donde estaban las dos chicas y miró a la que no conocía de ellas.
- Por cierto, me llamo Nemu, y soy un genin de esta villa. – Dijo, como si estuviera bien orgulloso de ello.
- ¡Nemu! ¿Qué haces tú ahí? – Le replicó la joven.
El peliblanco, sin mediar más palabras, enseñó que tenía entre sus manos. Era nada más y nada menos que el gato del sensei, él lo había atrapado, y ahora, este parecía tenerle un especial cariño pues se sentía cómodo en los brazos del shinobi.
- Estaba por la zona cuando lo ví correr y subirse a un árbol. Parecía que alguien lo había asustado. Sería bueno devolvérselo a su dueño – Comentó. – ¿Y esas sardinas para qué son?
Rika se giró y le hizo un gesto a Ritsuko para que se mantuviera callada. Aunque ella, parecía estar más a otro asunto, pues el pequeño gato estaba regresando lentamente, para intentar que la joven le diera un trozo de aquel bollo.
- Nada, era un juego. – Maldecía por dentro.
Nemu descendió del árbol andando por él gracias al chakra. Se acercó hasta donde estaban las dos chicas y miró a la que no conocía de ellas.
- Por cierto, me llamo Nemu, y soy un genin de esta villa. – Dijo, como si estuviera bien orgulloso de ello.