13/12/2017, 17:00
Por fin la tan anhelada privacidad que buscaba. Preferiría no haber tenido que expresarse así de cortante, pero al menos parecía que Ritsuko le haría caso, al fin. Pensó que quizás se marcharía por su cuenta, pero aún era capaz de observar su silueta sin problemas a través de la puerta. Por una vez no tendría que salir corriendo detrás de ella, lo que hizo que suspirara de alivio.
Ya bastante despejado se alzó y se atavió con su indumentaria habitual. Tomó sus armas y objetos de profesión, así como el hitai-ate de Kusagakure, de tela verdosa, que ató a su frente. Abrió la puerta a velocidad moderada, dándole suficiente tiempo a Ritsuko como para que se apartase y no cayera hacia atrás al verse desprovista de aquello donde se apoyaba.
—Si estás lista, vamos —afirmó con tono neutral, pero todavía sosteniendo una mirada que irradiaba descontento.
Ya bastante despejado se alzó y se atavió con su indumentaria habitual. Tomó sus armas y objetos de profesión, así como el hitai-ate de Kusagakure, de tela verdosa, que ató a su frente. Abrió la puerta a velocidad moderada, dándole suficiente tiempo a Ritsuko como para que se apartase y no cayera hacia atrás al verse desprovista de aquello donde se apoyaba.
—Si estás lista, vamos —afirmó con tono neutral, pero todavía sosteniendo una mirada que irradiaba descontento.