13/12/2017, 17:12
Estaba volviéndose una costumbre que la estuviesen regañando, primero Rika y ahora también Ralexion, y probablemente el instructor también se pasaría la vida regañándola así que o bien, cambiaba su actitud, o comenzaba a ignorar a todos… aunque esa segunda opción probablemente le traiga muchos más problemas de los necesarios, después de todo, eso implicaba ignorar órdenes de sus superiores y eso no estaba bien…
«Bah, qué se yo »se dijo a sí misma, en lo que abrazaba sus piernas y enfocaba su vista al techo. Estaba planteándose el escapar nuevamente a su mundo feliz, ese que solo ella conocía y absolutamente nadie podría ver de ninguna manera posible, pero algo detrás suyo se movió.
El moreno finalmente terminó con lo suyo dentro de la habitación, y a pesar de haber tenido la delicadeza de abrir lentamente la puerta, Ritsuko no se dio por enterada y no reaccionó hasta que se cayó de espalda al piso, quedando recostada o debajo del chico, o usándole las piernas como soporte, a saber.
Aunque como le habían indicado, la chica se vio obligada a levantarse, cosa para la cual se tomó todo el tiempo del mundo, primero girándose para quedarse boca abajo y luego lentamente ir levantándose, tenía demasiada pereza esa mañana y probablemente el shinobi estuviese igual que ella.
—Vamos —respondió cabizbaja y en un murmullo casi inadubile.
Era consciente de que el chico no estaba para nada feliz con todo lo ocurrido, aunque vaya uno a saber qué había sido lo que más le molestó.
«Bah, qué se yo »se dijo a sí misma, en lo que abrazaba sus piernas y enfocaba su vista al techo. Estaba planteándose el escapar nuevamente a su mundo feliz, ese que solo ella conocía y absolutamente nadie podría ver de ninguna manera posible, pero algo detrás suyo se movió.
El moreno finalmente terminó con lo suyo dentro de la habitación, y a pesar de haber tenido la delicadeza de abrir lentamente la puerta, Ritsuko no se dio por enterada y no reaccionó hasta que se cayó de espalda al piso, quedando recostada o debajo del chico, o usándole las piernas como soporte, a saber.
Aunque como le habían indicado, la chica se vio obligada a levantarse, cosa para la cual se tomó todo el tiempo del mundo, primero girándose para quedarse boca abajo y luego lentamente ir levantándose, tenía demasiada pereza esa mañana y probablemente el shinobi estuviese igual que ella.
—Vamos —respondió cabizbaja y en un murmullo casi inadubile.
Era consciente de que el chico no estaba para nada feliz con todo lo ocurrido, aunque vaya uno a saber qué había sido lo que más le molestó.