14/12/2017, 00:55
Ritsuko le indicó que no se trataba de la herrería en sí, si no de una casa cercana a esta. El moreno asintió, satisfecho. «¡Misión cumplida! Esta noche podré dormir tranquilo...», pobre necio él, que no caía en la cuenta de que esas situaciones eran comunes para su compañera y que probablemente se vería envuelta en otra así pronto...
Percibió las palabras de la señora de avanzada edad y él, a diferencia de la chica, las comprendió al instante. De inmediato soltó la mano de Ritsuko y su rostro se puso más rojizo que el cabello de la genin.
—N-no es lo que parece, ella se perdió y es mi compañera, así que supuse que lo mínimo que podía hacer era devolverla a su casa... —explicó con la mirada anclada al pavimento.
Percibió las palabras de la señora de avanzada edad y él, a diferencia de la chica, las comprendió al instante. De inmediato soltó la mano de Ritsuko y su rostro se puso más rojizo que el cabello de la genin.
—N-no es lo que parece, ella se perdió y es mi compañera, así que supuse que lo mínimo que podía hacer era devolverla a su casa... —explicó con la mirada anclada al pavimento.