14/12/2017, 02:27
El shinobi accedió y acudió al instante, ingresó en la vivienda y lo que podría apreciar era una sala de estar de lo más normal, con un recibidor donde dejar el calzado, una mesa en el centro de la habitación con sillas como para seis personas, algunos muebles y una mesada estableciendo una separación entre lo que sería la cocina y el resto de la sala. El resto de la casa se ocultaba detrás de cuatro puertas corredizas, todas y cada una de ellas cerradas.
Lo más llamativo probablemente sería un mueble en la esquina opuesta de dónde se hallaba la puerta de entrada. En dicho mueble habían unas cuantas fotos y también infinidad de velas, algunas ya consumidas, otras nuevas y alguna que otra a medias.
—¿Qué quieres comer? —consultó la pelirroja en lo que tomaba asiento en el suelo para poder quitarse las botas sin inconveniente.
Sin siquiera esperar una respuesta clara por parte del contrario, la pelirroja volvió a levantarse ahora descalza y se dirigió a la primera puerta, la abrió y desde allí lanzó la capa al interior de la habitación, luego volvió a cerrar.
Curiosamente, a pesar de las dimensiones de la vivienda, todo estaba perfectamente limpio, a pesar de que ella viviese sola allí y que fuese un lugar construido para que vivieran varias personas.
Pero poco importaba, ¿verdad? La chica tenía un invitado y tenía que atenderle bien.
Lo más llamativo probablemente sería un mueble en la esquina opuesta de dónde se hallaba la puerta de entrada. En dicho mueble habían unas cuantas fotos y también infinidad de velas, algunas ya consumidas, otras nuevas y alguna que otra a medias.
—¿Qué quieres comer? —consultó la pelirroja en lo que tomaba asiento en el suelo para poder quitarse las botas sin inconveniente.
Sin siquiera esperar una respuesta clara por parte del contrario, la pelirroja volvió a levantarse ahora descalza y se dirigió a la primera puerta, la abrió y desde allí lanzó la capa al interior de la habitación, luego volvió a cerrar.
Curiosamente, a pesar de las dimensiones de la vivienda, todo estaba perfectamente limpio, a pesar de que ella viviese sola allí y que fuese un lugar construido para que vivieran varias personas.
Pero poco importaba, ¿verdad? La chica tenía un invitado y tenía que atenderle bien.