14/12/2017, 19:57
—Confío en quAAAAAAAAY. —Daruu se interrumpió, con un quejido, antes de caer hacia atrás. Tan absorto estaba en sus cavilaciones que no llegó a prever el ataque de Ayame hasta que fue demasiado tarde. Menos mal que la kunoichi se había asegurado de reducir potencialmente el peligro de su propia técnica, pues si no habría convertido a su compañero en un colador—. ¡Oye! ¡Que estaba hablando!
—¡Perdón, perdón! —se excusó Ayame, juntando las manos en una plegaria. Las agujas ya se habían desvanecido, regresando a su origen en el interior de su cuerpo.
Daruu entrelazó las manos en tres sellos y exhaló una bocanada de agua que acabó convirtiéndose en tres réplicas exactas de él y echaron a correr hacia su posición con intenciones claramente ofensivas.
—Odio los clones... —masculló Ayame, echándose hacia atrás de un salto. Afortunadamente, ella ya era capaz de responder a una ofensiva así. A la señal del sello del tigre, tres clones de agua aparecieron frente a ella y se lanzaron contra las réplicas de Daruu.
—Decía que confío en que tengamos muy encuenta que nuestra misión es entretener. Es como el Torneo, pero no tenemos que ganar. Al contrario, tenemos que no ganar. Para seguir entreteniendo. Además, en el supuesto caso de que sí que gane uno, vendrá en el guión. Sólo tenemos que seguirlo.
Pero Ayame no respondió enseguida. En un momento de abertura de la posición de las réplicas, formuló un sello con su mano diestra y desapareció de la vista con un breve chapoteo de agua. Apareció de repente frente a Daruu, ojos destilando determinación absoluta, y le embistió con el objetivo de arrojarle al suelo y ser esta vez la que quedara encima de él para simular un apuñalamiento con un kunai que no llevaba encima.
—¡Perdón, perdón! —se excusó Ayame, juntando las manos en una plegaria. Las agujas ya se habían desvanecido, regresando a su origen en el interior de su cuerpo.
Daruu entrelazó las manos en tres sellos y exhaló una bocanada de agua que acabó convirtiéndose en tres réplicas exactas de él y echaron a correr hacia su posición con intenciones claramente ofensivas.
—Odio los clones... —masculló Ayame, echándose hacia atrás de un salto. Afortunadamente, ella ya era capaz de responder a una ofensiva así. A la señal del sello del tigre, tres clones de agua aparecieron frente a ella y se lanzaron contra las réplicas de Daruu.
—Decía que confío en que tengamos muy encuenta que nuestra misión es entretener. Es como el Torneo, pero no tenemos que ganar. Al contrario, tenemos que no ganar. Para seguir entreteniendo. Además, en el supuesto caso de que sí que gane uno, vendrá en el guión. Sólo tenemos que seguirlo.
Pero Ayame no respondió enseguida. En un momento de abertura de la posición de las réplicas, formuló un sello con su mano diestra y desapareció de la vista con un breve chapoteo de agua. Apareció de repente frente a Daruu, ojos destilando determinación absoluta, y le embistió con el objetivo de arrojarle al suelo y ser esta vez la que quedara encima de él para simular un apuñalamiento con un kunai que no llevaba encima.